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Un liderazgo para el odio

No muy lejos de lo que viene ocurriendo en el mundo, una vez más, en América Latina se agudiza la “pandemia del odio”, sobre todo gubernamental, caracterizada por una agenda “anti”, anti-derechos, anti-ideología de género, anti-sociedad civil y anti-ONG, ante todo con una impronta marcada por discriminación y criminalización.

El 4 de marzo, publicamos un editorial que reflexionaba sobre las decisiones recientes del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y otros fenómenos similares. Luego de la eliminación de la mención de hombres gays y mujeres trans en todos los documentos oficiales, nada más hemos sabido del impacto de la decisión del gobierno salvadoreño, lo que quizás pueda ser una buena noticia o el resultado del miedo generalizado. En esta ocasión queremos reflexionar sobre algunos síntomas emergentes de la Argentina que no debemos menospreciar. Pues no es casualidad que Bukele y Milei fueran a abrevar ideas en la conferencia del partido republicano (CPAC) de los Estados Unidos.

Cuando un jefe de Estado asume el liderazgo de una ley progresista y ampliadora de derechos para la comunidad LGTBIQ+, para las mujeres (Derechos Sexuales y Reproductivos) o, por ejemplo, una norma específica sobre el VIH/sida, además de ponerse en el lugar correcto, de hacer el bien, envía un mensaje a toda la ciudadanía y las instituciones sobre que estigmatizar y criminalizar está mal. Aun cuando no lo diga la norma, los responsables de los ejecutivos que promueven un mejor y más inclusivo marco legal, por proxy asumen un rol de liderazgo virtuoso. Muchas instituciones en nuestros países pueden asimilar e implementar el respeto y la inclusión aún antes que una ley o política logre su mayor grado de implementación.

La administración Milei, en Argentina, además de horadar y eliminar a muchas instituciones estatales claves para realizar el derecho a la salud de los argentinos, viene construyendo una narrativa anti-derechos. Un trabajo insidioso que sucede en la prensa o en las redes sociales, muchas veces en boca de alguien del círculo cercano al Mandatario. Y si que queda duda de quién o quiénes están detrás de esta dialéctica, el mismo presidente likea y comparte estas publicaciones. Tristemente, esta discursiva refleja el pensamiento de una parte de la ciudadanía, que ve en esto una oportunidad de “revancha” y contramarcha al avance de los derechos de diversos grupos. La incitación al odio daña severamente a las personas y sus colectivos, promueve campañas del odio protegidos por el anonimato de las redes sociales, y aún peor promueve que algunas personas pasen del sentir al hacer.

Estamos viendo algunos indicadores preocupantes sobre el incremento en femicidios y Trans/travesticidios en la Ciudad de Buenos Aires. Hay una sub-notificación muy significativa sobre las víctimas y las posibles causas, sin embargo, la cobertura de algunos casos por algunos medios da indicios preocupantes. Es esperable una relación causal cuando los lideres habilitan el ejercicio del odio (ver gráfico).

Un caso reciente ha estremecido a todo el país, un ataque de odio en la zona de Barracas en el que un hombre atacó a cuatro mujeres lesbianas que vivían en el mismo edificio; una murió de inmediato y dos fallecieron días después en el hospital a consecuencias de extensas quemaduras en el cuerpo. Este acto sucedió luego de declaraciones violentas hacia la comunidad LGBTIQ+ y es un ejemplo de que cuando un gobierno promueve la violencia simbólica, posiblemente no llama a matar a alguien de manera explícita, pero habilita acciones como las que sucedieron en Buenos Aires.

Los medios de comunicación deben asumir un rol más activo. En la actualidad, sin mucho o ningún espíritu crítico, los periodistas hacen eco de las afirmaciones, pero no las interpelan. Hay una necesidad morbosa de tener a estos personajes en una entrevista y, sin cuestionamientos, terminan siendo una caja de resonancia. Un ejemplo concreto, ha sido la entrevista radial que realizaran dos periodistas radiales a Nicolas Márquez, militante de la extrema derecha, asesor y biógrafo de Milei, donde se permitieron afirmaciones homofóbicas y una mirada estigmatizante hacia las Personas con VIH, por ejemplo, referencia a “invertidos”, además, les tildó de tener una “conducta insana y autodestructiva”. Lógicamente, no vamos a reproducir los contenidos para no pecar de aquello de lo que criticamos, pero les compartimos una breve reacción posterior de estos comunicadores en radio y un artículo reflexivo de una conductora Trans, Flor de la V.

“Las nuevas corrientes políticas intentan sumergirnos en debates ya saldados. Intentan instalar un discurso falso y homoodiante, que lo único que genera es más discriminación, más odio y libertad para quienes necesitan una figura para verter sus violencias. El ser humano no nace con odio y con intolerancia a la diferencia. Es una inversión de su esencia ser así. Las personas como Márquez son los verdaderos invertidos”, dice Florencia de la V, conductora televisiva Trans.

Los medios de comunicación y sus profesionales necesitan ponerse a la altura de las circunstancias. Dar micrófono a cualquiera sin estar preparado termina siendo un canal de difusión del discurso del odio.

Las organizaciones de la sociedad civil están monitoreando el incremento de la violencia, pero es responsabilidad de los medios de comunicación dar visibilidad e investigar lo que pasa.

Siempre es oportuno sopesar el impacto que las afirmaciones extremas tienen sobre los individuos que puedan ver estas entrevistas y publicaciones en redes sociales y el impacto dañino que viene incrementando el estigma.

País: Argentina

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

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