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La epidemia del odio en América Latina: el turno de El Salvador

“La participación en eventos como la conferencia del partido republicano (CPAC) de los Estados Unidos no es gratuita. Trae consigo un costo, y bastante alto, para las libertades de nuestra población. MAGA, Make America Great Again, o Make Argentina Great Again, o Make Ahuachapan Great Again, ya empieza a pasarle factura a nuestros países. Primero, el Ministerio de Educación confirmó que se ha eliminado todo rastro de “ideología de género” en escuelas públicas, según declaraciones del ministro Mauricio Pineda” editorializaba el 4 de marzo, el periodista Alfonso Rosales en el diario El Mundo de El Salvador.

El presidente del El Salvador, Nayib Bukele, tiene la mesiánica tarea de erradicar del país la “ideología de género”, la educación sexual y la mera existencia del colectivo de personas LGTBIQ+, por considerarlas “antifamilia, antidios y antinatural”. Es difícil saber si él es un creyente de todo esto o su gesta inquisidora es un guiño a los segmentos más conservadores de El Salvador. Los gestos y sobreactuaciones para sus seguidores son y serán más importantes que nunca con el resultado electoral de hace un mes, para asegurar el financiamiento del lobby y las instituciones ultraconservadoras de los EE.UU. y la “legitimidad y el respaldo” para apalancar su gobierno en un régimen populista de extrema derecha.

La agenda de la intolerancia

En el editorial de Rosales, se pone la lupa en una cuestión clave: “La población de El Salvador muestra una diversidad de opiniones sobre la ‘ideología de género’. Según estudios, aproximadamente el 62% de la población salvadoreña no acepta la homosexualidad. Existen resistencias en la academia salvadoreña para discutir temas de orientación sexual, identidad y expresión de género debido a prejuicios existentes en la sociedad”. Esto explica la elección de la agenda de Bukele y este no es un tema exclusivo de El Salvador, diferentes organizaciones que monitorean hace años fenómenos similares en otros países de Centro América y de la región han encontrado coincidencias.

Es muy grave lo que atestiguamos, a veces impávidos, de cómo las narrativas y acciones anti-derechos ganan muchos votos en las elecciones. Y vemos que los presidentes de esos países expresan a un número muy significativo de los ciudadanos que aprueban estas políticas y que se sienten reflejados en las decisiones de sus líderes. Es un doloroso sinceramiento de los electorados sobre lo que quizás era una “tolerancia ampliada” hacia las comunidades LGTBIQ+, la promoción de la Educación Sexual Integral (ESI), la Salud Sexual y Reproductiva y la Perspectiva de Género. Hoy, el oscurantismo da muchos votos.

Quizás lo más preocupante sea el efecto de contagio, que más que una transmisión de ideologías y valores entre líderes de extrema derecha es una inoculación bien planeada y financiada por lo grupos religiosos fanáticos. Sus avances tienen un dejo medieval y lo que prosigue es una inquisición que permita asegurar el combate de todas las expresiones herejes.

El Movimiento Ampliado LGBTI+ de El Salvador afirmó que las recientes medidas adoptadas por el Gobierno buscan «desviar la atención de problemas más profundos y urgentes». Y agregan en su comunicado que estas medidas “no van a anular nuestra existencia, pero sí legitiman estigmas y odio en nuestra contra”. Además, llamaron a la población LGBTIQ+ y a la sociedad salvadoreña a “mantenernos alertas, denunciar injusticias y cuidarnos mutuamente. Es hora de activar nuestras redes de apoyo y organizarnos ante lo que estamos enfrentando hasta conseguir un país en que todas, todos y todes vivamos en dignidad, democracia y justicia”.

No cabe duda que aquellos regímenes que poco adhieren a los derechos humanos en varios frentes y buscan correr el eje sobre cualquier control de su gestión necesitan de cualquier acción “taquillera”; pero también expresan una ideología y construyen unas narrativas de fuerte respaldo social, pues se podría correr el eje de la atención pública con otros temas y no este. Acompañaremos a las comunidades de El Salvador para hacer pública la implementación y el impacto de estas y futuras medidas.

El impacto en la salud

Como parte de las medidas extremas de la administración Bukele se han retirado de circulación todo el material de prevención combinada dirigida a las poblaciones clave. El Salvador, como el resto de la región, tiene una epidemia altamente concentrada en las poblaciones clave del VIH (hombres gais y otros hombres que tienen sexo con hombres, mujeres trans y trabajadoras sexuales). Por ello, estas acciones no sólo incrementan la vulnerabilidad de las comunidades más expuesta e incitan a la violencia, sino que además las alejan de los servicios de salud.

Una parte significativa de la respuesta al VIH y las ITS se encuentra financiada por el Fondo Mundial para el sida, la Tuberculosis y la Malaria y la Iniciativa Presidencial de Emergencia para el sida de los Estados Unidos (PEPFAR, por sus siglas en inglés). Como ha sucedido recientemente con varios países en el continente africano, es de esperar un firme posicionamiento del Fondo Mundial y PEPFAR para con el Gobierno Salvadoreño, acompañado también por un pronunciamiento de ONUSIDA, la OPS/OMS y otras agencias del programa conjunto, como por ejemplo, UNFPA y ONU Mujer.

Esta es la punta de un tempano, como los venimos reflejando en este espacio. El Salvador no es un hecho aislado y hay claras señales en una lista preocupante de países de la región. Más que nunca la sociedad civil y las comunidades debemos organizarnos, más allá de las fronteras de un país en crisis. Para poner algún límite a esta pandemia del odio necesitamos de posturas claras y ejemplificadoras, pues cuando un gobierno reglamenta una Ley de identidad de género, matrimonio igualitario o interrupción voluntaria del embarazo envía un claro y contundente mensaje a las instituciones y la población que criminalizar y estigmatizar está mal, es ilegal e inconstitucional. Cuando hacen lo contrario es un llamado exacerbado a la violencia.

País: El Salvador

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

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