Por Jairo Ordoñez .-
El pasado jueves, en un comunicado oficial, la Entidad Promotora de Salud (EPS) Sanitas informó a sus afiliados que se encuentra intervenida por el Estado debido a que, según el Ministerio de Salud, no cumple con los requisitos de Patrimonio Adecuado y de Reservas Técnicas, en otras palabras, presenta un desfase financiero que coloca en peligro la adecuada prestación de servicios a sus más de cinco millones de afiliados.
De otro lado, la Nueva EPS también fue intervenida el pasado miércoles (apenas un día después de que se interviniera Sanitas), lo cual es muy grave para el sistema de salud en general, pues esta cuenta con casi 11 millones de asegurados. Sin embargo, para los analistas la situación de Sanitas es más delicada, ya que buena parte de los socios de la Nueva EPS son entidades del mismo Estado.
De esta manera, dos de las más grandes EPS de Colombia se encuentran intervenidas, mientras que el viernes 5 de abril otra importante EPS, Compensar, solicitó permiso para entrar en un proceso de liquidación y también pidió al Estado que facilite el traslado de sus más de dos y medio millones de afiliados a otra EPS.
En medio de este panorama, una reforma a la salud que se tramitaba en el Senado, se hundió, lo que hace más difícil para el presidente Gustavo Petro encontrar salidas a una crisis sin precedentes y que afecta a prácticamente todos los colombianos, pues, en general, todas las EPS tienen problemas financieros.
La Figura de la Intervención
Bajo el ordenamiento colombiano, cuando una EPS se interviene, una persona designada por el Estado reemplaza a la asamblea de accionistas, al presidente de la entidad y al representante legal, concentrando todo el poder en una persona durante un año. Este sistema de intervención se ha usado en varias ocasiones y, en la mayoría de ocasiones, termina en la liquidación de la EPS al no poderse lograr un equilibrio financiero. Solo en la pasada administración del presidente Iván Duque, se intervinieron y se liquidaron más de doce EPS.
Analistas explican que cuando se concentra tanto poder en una persona, se desequilibra el sistema de pesos y contrapesos que existe en las EPS con el fin de asegurar una gestión eficiente. En este sentido, Óscar Bernal, profesor de la maestría en Salud de la Universidad de los Andes, considera que una intervención desencadena un problema, pues pasa a ser manejada por quien debe ser supervisada y eso genera un conflicto de interés. Por lo general, dice, una intervención termina extendiéndose y, en ocasiones, se convierten en un riesgo de cierre.
Por su parte, Gloria Quiceno, presidenta de la asociación de usuarios de EPS Sanitas declaró a El Tiempo: “Hay mucha preocupación de todos los usuarios en el país porque sabemos que la Supersalud no ha tenido una buena labor en las intervenciones que ha hecho, que siempre que interviene es para liquidar”.
En el pasado se destaca el caso de Saludcoop, otra EPS intervenida y liquidada que como Sanitas contaba con más de cinco millones de asegurados. La liquidación de Saludcoop fue muy traumática y difícil por lo que algunos temen que la historia se repita con Sanitas y que sus cinco millones de afiliados deban interrumpir sus tratamientos mientras se reubican a las personas en un sistema que cada vez tiene menos EPS y más problemas administrativos.
Y peor aún si no se resuelven los problemas de la Nueva EPS, pues sumarían 16 millones de afectados, más los dos millones y medio de Compensar.
Así, casi 20 millones de colombianos ven con preocupación como sus EPS se enfrentan a graves crisis financieras que pueden acabar en liquidaciones. Las preocupaciones que afloran son: ¿Cuáles EPS estarían en capacidad de recibir todos estos afiliados? ¿Cómo se garantiza el derecho a la salud de todos los colombianos si las EPS quiebran o tienen serios problemas financieros? Y yendo a las cuestiones más inmediatas que nos ocupan en este medio: ¿Cómo se garantizará los antirretrovirales para miles de personas que viven con VIH, además de otros medicamentos?
Colombia 
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