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Diálogos sociales conectan a las poblaciones clave con procesos de toma de decisión en Belice

Desde abril de 2021, a partir del anuncio del Fondo Mundial del lanzamiento del Mecanismo de Respuesta al COVID-19 (C19RM), los países se organizaron para preparar propuestas orientadas a responder a la pandemia y mitigar el impacto en las infecciones por VIH, tuberculosis y malaria. Belice no fue la excepción y debió organizar un proceso de diálogo amplio para lograr incluir las necesidades de las poblaciones más afectadas en la solicitud de subvención.

El proceso de diálogo fue dirigido por Eva Burgos, Derricia Castillo-Salazar, Lizet Aldana y Minerva Pinelo quienes lograron articular las principales brechas en la respuesta al covid en Belice, así como otros impactos de la pandemia en la respuesta al VIH.

Conversamos con Derricia Castillo-Salazar para conocer sus impresiones sobre el proceso de consulta que incluyó reuniones presenciales con mujeres, personas con VIH, jóvenes, poblaciones LGBT y migrantes.

Se sostuvieron varias reuniones de coordinación durante los procesos de consulta.

Al referirse a la participación de las comunidades, Derricia señaló que “a través del diálogo sostenido por las organizaciones de la sociedad civil, Belize pudo contar con un balance de las necesidades de los grupos minoritarios. La planificación se hizo de tal manera que se asegurara la representación igualitaria que a su vez destacó las preocupaciones y brechas de las bases que no estaban siendo comunicadas efectivamente en el MCP”.

Sin embargo, a pesar que las consultas fueron eficaces, la consultora señala algunos desafíos, entre ellos, “llegar a las poblaciones clave para poder identificar las brechas que existen en la provisión de los servicios y satisfacción con la implementación de los servicios de delivery. Esto fue especialmente difícil en los tiempos del COVID-19 y las restricciones existentes. Algunas poblaciones clave que debíamos alcanzar no mantuvieron una comunicación constante con sus representantes en el MCP lo que significó una desconexión durante el proceso de C19RM”.

Los procesos de construcción de las solicitudes de C19RM detonaron espacios amplios de discusión y consulta que hace mucho no se veían en los países de la región. Estas discusiones y permitieron llegar cercanamente a las necesidades de las personas y descubrir las brechas aún pendientes en la respuesta.

“A pesar de los datos y compromisos previos; no había una alineación adecuada con lo que los proveedores de servicios ofrecían y priorizaban durante la implementación versus lo que las poblaciones clave informaron que realmente necesitaban. La comunicación, evidenciada como el mayor obstáculo, mostró que la prestación de servicios para personas con VIH o personas afectadas por COVID-19 no se comunicaba bien, aun cuando se estaba desarrollando una guía nacional. Esto dio como resultado que se desarrollaran diferentes planes de implementación por distrito, en lugar de uno estándar para la atención. En segundo lugar, no existía ningún mecanismo para garantizar que las directrices y los servicios se ajustaran a las necesidades. Definitivamente, faltaba seguimiento y evaluación”, dice Derricia.

El proceso, como todos los facilitados en el marco del C19RM en América Latina, usó una Herramienta diseñada por Vía Libre, la Plataforma LAC, ICASO y GATE que guio el desarrollo de una nota conceptual, la agenda y materiales para la presentación, así como preguntas que sirvieran para la facilitación de los diálogos que tocaban los temas de VIH, covid, estigma y discriminación, monitoreo desde la comunidad, incidencia y movilización social y desarrollo de capacidades.

Respecto de la herramienta, Castillo – Salazar nos dice que “fue usada de manera eficaz para orientar el diálogo comunitario. Sin embargo, podría haber habido un proceso de seguimiento en la metodología. A menudo, las poblaciones clave se sienten como si se les utilizara para desarrollar propuestas; sin embargo, nunca tienen la oportunidad de ver la implementación o el impacto de sus aportes”.

La experiencia de los diálogos sociales ha tenido un impacto inmediato en los procesos relacionados a las subvenciones del Fondo Mundial en diversos países de América Latina, como lo mencionamos en otro artículo. “El diálogo comunitario arrojó información muy rica sobre las necesidades de la población. Logró aclarar suposiciones y conceptos erróneos que se estaban manifestando en el escalón más alto de la respuesta, el MCP”, dijo la consultora al respecto. “Debería haber apoyo para más diálogos grupales”, finalizó.

Belice, uno de los países con las tasas más altas de VIH en la región, tuvo una propuesta exitosa que será implementada en los próximos meses y con un plazo máximo de ejecución para el 2023.

País: Latinoamérica

Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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