Desde el 7 de octubre y hasta el día de mañana estarán reunidos jóvenes de 21 países de la región con el objetivo de promover y fortalecer su involucramiento activo en los procesos de empoderamiento y capacitación, garantizando su participación en diferentes espacios comunitarios y de toma de decisiones, espacios políticos y multisectoriales.
El Encuentro fue posible gracias al apoyo de varias organizaciones, entre las que destacan las oficinas regionales de ONUSIDA, UNPFA, UNICEF y OPS.
A diez meses de la creación de la Red de Jóvenes Positivos LAC (J+LAC), esta se ha consolidado como un nuevo movimiento que busca visibilizar las necesidades particulares de jóvenes que viven con VIH en América Latina y fortalecer las capacidades de la nueva generación de líderes de la respuesta al VIH.
“La Red de Jóvenes Positivos nació de la necesidad de los jóvenes que viven con VIH de aunar esfuerzos en el trabajo de la prevención del VIH en la región”, manifestó Barbie Martínez, referente regional de la Red, al realizar un balance sobre las primeras intervenciones llevadas a cabo como Red Latinoamericana de Jóvenes positivos. “En estos meses de trabajo y hoy, más que nunca, queda demostrado que los y las jóvenes con VIH deben ser el centro de las respuestas nacionales de VIH”, enfatizó Martínez.
Por su parte Carlos Araque, participante venezolano, comentó que las deudas de los gobiernos de la región en materia de VIH son numerosas, “pero estamos acá, como Jóvenes Positivos, para trabajar con quienes quieran trabajar y saldar esta deuda, e ir conquistando espacios donde los jóvenes históricamente no han sido tomados en cuenta”
El encuentro de cuatro días se enfoca en la consolidación de la Red, así como la socialización de un plan estratégico regional basado en la evidencia recabada en la consulta regional, con miras a las metas establecidas en la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre VIH del 2011 y a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Según los informes regionales, en América Latina existen más de 68,000 adolescentes entre 10 y 19 años con VIH, de los cuales 34,000 son mujeres. En la región nacen aproximadamente 2,000 niñas y niños con VIH anualmente, y cada día 95 mujeres adolescentes adquieren el VIH.
Es importante resaltar también que en la mayoría de países de la región, menos del 50% de la población joven de 15 a 24 años sabe cómo prevenir la transmisión sexual del VIH y sabe rechazar las principales ideas erróneas sobre su transmisión.
Estos datos muestran una realidad, los y las jóvenes de América Latina están en el centro de la epidemia y sus necesidades deben ser atendidas de manera inmediata. Se debe tener en cuenta además, que son necesarias acciones diferenciadas que puedan atender rápidamente a las subpoblaciones de entre los jóvenes, sobre la base del respeto de los derechos humanos.
Para lograr este objetivo, la participación de los y las jóvenes en el diseño y la implementación de políticas que detengan y reviertan el impacto del VIH es de vital importancia.
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