A pesar de los más de treinta años de la epidemia, uno de los grandes retos que atraviesa la respuesta al VIH es el déficit de conocimientos sobre el tema que existe en el ciudadano común. En este sentido, la educación continúa siendo un componente clave de la respuesta, y resulta vital hablar de su calidad, del tipo de información y la forma en la que se ofrece, porque estas dos condicionantes determinan el impacto de un proyecto o de una campaña educativa.

En Mérida, Venezuela, un grupo de jóvenes que integramos la A.C Jóvenes Creadores de Conciencia, en noviembre de 2015 decidimos hacer una toma pública a manera de consulta para identificar los conocimientos que maneja la población en temas asociados al VIH, los resultados fueron alarmantes, tanto en relación a la prevención primaria como a prejuicios hacia las personas con VIH.
Se encontró que una cuarta parte de las personas abordadas cree que el VIH puede ser transmitido por medio de la saliva; una de cada diez personas considera que el VIH sólo lo adquiere personas promiscuas; el 70% desconoce su estado serológico porque no se realizan la prueba del VIH mínimo una vez al año, el 53% considera que una persona con VIH no debe tener hijos y el 72% no tendría relaciones sexuales con protección con una persona con VIH.
Respecto a la información que se recibe sobre VIH, el 51% de las personas abordadas no recibió información sobre el uso del condón en los planteles educativos y el 81% no la recibió en sus familias, estos dos últimos hallazgos explicarían en parte el desconocimiento en general. Si información tan básica como el uso del condón, no se ofrece en las escuelas ni en las familias, ¿Qué podemos esperar de otros temas asociados a la sexualidad?
Sin embargo, en reuniones sostenidas con funcionarios de la Zona Educativa, suelen afirmar que en las escuelas se brinda educación sexual porque está estipulado en el pensum educativo, aunque la evidencia colectada muestra lo contrario. En un intento por ser optimistas, de proveerse educación sexual en las escuelas, los profesores seguirían la Colección Bicentenario del Ministerio de Educación, un conjunto de libros teóricos que “guían” al docente. Su contenido es desactualizado, el libro “Vida y Salud Integral de 2° año” confunde orientación sexual con identidad sexual, habla del aborto como “algo muy triste” y la información sobre VIH no aporta ninguna novedad en la respuesta.

Comprendiendo este contexto, el grupo Jóvenes Creadores de Conciencia decidió embarcarse en la educación de la población fuera de los entornos “clásicos”, porque la sociedad está allá afuera, en las calles, en los sitios de confluencia, de reunión y esparcimiento, en el transporte público, por lo tanto la respuesta está ahí afuera. «En las calles, con los chamos y otros más” fue el título del proyecto con el cual ganamos, en diciembre de 2015, la subvención anual de MTV Stayin Alive Foundation.
El proyecto busca dar respuesta al VIH a través de actividades públicas urbanas, entre ellas, tomas de lugares públicos, tomas de estaciones del transporte público, tomas de discotecas y murales en pared.
“Una ruleta de la suerte”
Uno de los grandes debates fue sobre la forma en realizar las actividades, no se quería que se tratara solo de dar el condón o el folleto sin más, porque si la persona no siente la necesidad de leerlo, a veces termina en el suelo o en la basura, necesitábamos algo que incentivara a la persona a leer e incluso a preguntar, por ello surgió la idea de “una ruleta de la suerte”.
La ruleta tenía 16 preguntas sobre el VIH, preguntas de análisis. Todas las personas que deseaban condones debían participar obligatoriamente en la ruleta, y lo hacían; la giraban, respondían la pregunta que les tocaba con lo que creían, los facilitadores complementábamos la información y recibían los condones y el material. Así, los transeúntes entraban en un proceso de auto-evaluación, la interacción permitía que reconozcan el déficit en sus conocimientos en el momento y llevarse nueva información. Muchas personas se quedaban alrededor de la ruleta simplemente para escuchar los comentarios de otros y estaban atentas a las recomendaciones y respuestas, demostraban interés en aprender, más allá de recibir o no el condón.
La actividad buscaba confrontar al ciudadano con los mitos y las realidades sobre el VIH, es decir, hablar de la diferencia entre VIH y sida, de que una mujer embarazada con VIH puede dar a luz a un niño sin VIH, de que la infección no sólo la adquiere personas “promiscuas”, que dicha palabra está cargada de prejuicios, que el hecho de que tengas una pareja estable no te hace inmune al VIH, de que existe algo llamado pareja serodiscordante. Se habló de cómo se transmite el VIH y cómo no se transmite, del consumo responsable de alcohol; se rompieron imaginarios sobre el VIH, se informó a la población de que está prohibida la prueba para acceder a empleos o educación; se hizo énfasis en la importancia de la realización de la prueba del VIH; se habló de métodos de prevención, más allá de decir “usa condón” o “evita el intercambio de inyectadoras”.
Los murales
Los murales en pared tocaron varios temas como el uso del condón, la realización de la prueba del VIH y la no discriminación hacia las personas con VIH. Una de las experiencias más lindas fue un mural de más de 53 metros de longitud en un barrio de la ciudad (un asentamiento informal), lo más interesante de todo es que los vecinos y habitantes del sector de forma voluntaria salieron de sus casas a ayudar a pintar y crear el mural, aprendiendo y compartiendo junto al grupo, sin duda, un bello intercambio social lleno de aprendizajes.
La prevención primaria del VIH no debe estar separada de la prevención secundaria y de la disminución de la discriminación, pues son vértices complementarios e interdependientes, en ello consiste una respuesta “integral”, y así como nuestro nombre lo indica: Jóvenes Creadores de Conciencia, generamos “conciencia”, es decir, hacemos que las personas tengan capacidades para tomar decisiones en función del conocimiento que le ofrecemos, porque la educación sigue siendo la mejor herramienta para transformar realidades.
Hasta ahora, en un año de actividades, se ha beneficiado a más de 6161 personas y distribuido más de 11397 condones. Para el próximo año nos planteamos una meta mayor y seguiremos compartiendo a través de nuestro perfil en Facebook nuestras actividades con toda la región.
Interesante iniciativa,la creatividad de la misma estoy segura que ha marcado un buen punto de partida hacia la educación.