Durante la apertura del evento, Lelio Marmora, responsable del equipo de América Latina y el Caribe, expresó: “Esta reunión es una oportunidad para fortalecer un mecanismo clave del Fondo Mundial: los MCPs. Estos llevan adelante la supervisión estratégica de las subvenciones asegurando una apropiación local. En el Fondo Mundial necesitamos sistemas fuertes, no sólo personas fuertes”, concluyó.
El Ministro de Salud de Jamaica, Doctor Rudyard Spencer, agradeció el trabajo y la inversión del Fondo en el Caribe, como así también la elección del país como anfitrión de este evento y refirió: “Este es un momento crítico para las respuestas al SIDA, la tuberculosis y la malaria debido a la crisis económica mundial. Nuestros países no deben ser excluidos y no priorizados, pues también han sido fuertemente golpeados por esta crisis. Debemos alejarnos de las políticas de elegibilidad que nos dejan fuera de este financiamiento”. En ese mismo sentido puntualizó: “En nuestro país el 25 por ciento de nuestra población vive con menos de dos dólares americanos, se trata de la región más golpeada por la epidemia del SIDA después del África subsahariana”.
En el Caribe hay más de 240 mil personas que viven con VIH y sólo en 2008 se reportaron 20 mil nuevas infecciones. Se estima que 34 mil personas tienen o han tenido tuberculosis y más de 52 mil están afectadas por la malaria. Estas cifras pueden no decir mucho o parecer reducidas, pero se deben poner en el contexto de los países, en su mayoría islas, con poblaciones muy pequeñas. El Caribe alberga al único país en la región con una epidemia generalizada: Haití.
Annelise Hirschmann, Gerente de Cartera del Fondo Mundial, presentó algunos datos sobre el trabajo en esta región: 111 de las 880 subvenciones que tiene el Fondo Mundial se están implementando en Latinoamérica y el Caribe, y 35 de ellas en el Caribe, por un total de 853 millones de dólares americanos. La mayoría de los recursos que ascienden a 725 millones de dólares son para programas de VIH/SIDA, lo que permite por ejemplo tratar a más de 39 mil personas con antirretrovirales.
Un colega de Trinidad y Tobago dijo una vez que para conocer y entender al Caribe hay que estar y vivir en él. Nada más cierto, pues esta región tiene muchas características y desafíos únicos. Por mencionar algunos: los países insulares tienen poblaciones pequeñas, escasa producción propia y alta dependencia del turismo. Existe por ejemplo una isla-nación en el Caribe con 5 mil habitantes, que demuestra que en algunos países –con excepción de Haití y Jamaica– las dificultades para asegurar la confidencialidad y reducir el impacto del estigma y la discriminación son mayores debido a su tamaño poblacional. Se trata también de ex colonias de países europeos, que retienen algún grado de dependencia económica o cultural. Persisten además leyes altamente represiva de épocas victorianas, que incluyen la penalización de la homosexualidad y el trabajo sexual.
Estos y muchos más factores han generado que la epidemia golpee fuerte a esta región y que la respuesta se vea difícil. Sin embargo, entre los participantes en la sala, se respiran aires de cambio.
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