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¿El Fondo Mundial en crisis?

Del 20 al 24 de abril se llevó a cabo en Ginebra la quincuagésima primera reunión de la Junta del Fondo Mundial para el sida, la tuberculosis y la malaria. En este artículo queremos reflejar algunos temas centrales y las implicancias para el futuro del Fondo en la región.

Este es un editorial que refleja la postura del Editor del Equipo de Corresponsales y no la de las delegaciones de las comunidades o de los gobiernos de América Latina (1).

Quizás el título principal de esta reflexión es sobre la coyuntura actual del Fondo Mundial, que una vez más, en veintidós años de existencia, enfrenta un punto de inflexión. Aun cuando la mayoría de las subvenciones del actual séptimo ciclo de financiamiento (GC7) están siendo firmadas y los recursos transferidos, existe la urgencia de empezar un nuevo ejercicio de reaprovisionamiento.

La Delegación de las Comunidades señaló que las comunidades han estado ausentes en todo el proceso de la Agenda de Lusaka.

Es importante adelantar parte del ejercicio de movilización de recursos pues porque: 1) los donantes ya han dado claras señales que ven difíciles contribuciones como las anteriores, 2) el Fondo necesita un mínimo de recursos, por ejemplo, para mantener a las personas en tratamientos de VIH (y ofrecer más), proveer PrEP, tratamiento para la tuberculosis y prevención de la malaria y 3) hay ejercicios de reaprovisionamiento previos al del Fondo Mundial de otras Organizaciones Internacionales Sanitaria, por ejemplo, OMS, GAVI, entre otras, que podrían competir por los recursos mundiales.

Siempre los ejercicios de reaprovisionamiento son un momento que los donantes aprovechan para influenciar cuestiones en el modo de operar del Fondo y su inversión. El próximo año será clave para su futuro en cuánto, cómo y dónde invierte, lo que para América Latina siempre es un tema prioritario, ya que, por ejemplo, menos países serán elegibles. Como viene sucediendo en dos décadas, los donantes quieren centrar su inversión en los países con menos recursos y más golpeados por las epidemias.

Esta reunión estuvo más centrada en discutir temas clave que en la toma de decisiones, algunos de los temas discutidos:

Resultados estratégicos

El asocio y la inversión del Fondo Mundial viene salvando más de 34,7 millones de vidas superando la meta de 29 millones. Esto refleja el modelo del Fondo como altamente exitoso y en su capacidad y potencial para salvar muchas más vidas. No existe ninguna otra iniciativa sanitaria con este índice de vidas salvadas.

Aun así, es muy probable que las metas 2030, para las tres enfermedades, no se cumplan, en particular porque una de las debilidades del Fondo Mundial es asegurar que los países implementadores cumplan con su financiamiento de contrapartida. La apropiación nacional y la coinversión son aspectos únicos del Fondo, sin embargo, muchos de nuestros gobiernos están fallando sistemáticamente en asumir su papel en la respuesta a las tres enfermedades. Salvar vidas y controlar las tres epidemias no es una responsabilidad única del Fondo Mundial, sino también de los países beneficiarios de las subvenciones.

Derechos humanos y criminalización

Uno de los desafíos más significativos en los programas financiados por el Fondo Mundial es el creciente movimiento contra los Derechos Humanos y la criminalización de las poblaciones clave. No podemos soslayar que contextos violentos, discriminatorios y criminalizantes afectan el acceso de determinadas poblaciones a los servicios y, al mismo tiempo, van cerrando el espacio para la sociedad civil y las organizaciones comunitarias. Entonces, no sólo afecta el acceso, sino conlleva un riesgo adicional y creciente para las operaciones del Fondo y otras iniciativas de cooperación, como el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA.

Delegación de las ONG de países desarrollados.

No son sólo gobiernos que atacan a determinadas poblaciones, sino también ven como una amenaza el flujo de recursos a las ONG independientes en el país. No necesitamos cruzar al continente africano para ver este movimiento en acción, lo hemos visto con mucha virulencia en El Salvador, y podríamos asumir que otros países de Centro América le seguirán.

Otros riesgos sustanciales que interfieren con la inversión y la estrategia del Fondo Mundial son el cambio climático, las guerras y los desplazamientos de las personas. Los fenómenos climáticos catastróficos afectan el acceso a la prevención y tratamiento de las tres enfermedades, como también los cambios menos evidentes alimentan el crecimiento de enfermedades como la malaria.

Los Mecanismos de Coordinación de País

Los MCP son un espacio de gobernanza estratégica única del Fondo Mundial que promueven la participación significativa de la sociedad civil y las comunidades. Aun cuando los MCP no estaban en la agenda de esta reunión, cuando se discute discriminación y criminalización, no podemos omitir que estas dinámicas del odio afectan la participación en los MCP y que algunos de nuestros gobiernos esperan la partida del Fondo Mundial para cerrar sus MCP, un espacio que pierde la sociedad civil.

La agenda de Lusaka

Representantes de la Delegación de América Latina han comentado su preocupación por la progresiva reducción de recursos para la región.

La Agenda de Lusaka pretende ser un empujón de algunos países donantes que habría calado en algunos países implementadores sobre un abordaje de alineación entre todas las iniciativas de cooperación en salud. Todo lo que tiene que ver con esta agenda ha sido opaco, sin la participación de la sociedad civil y las comunidades y aprovechando la ocasión que sus impulsores son donantes y, por ello, influyentes.

¿Qué es la Agenda de Lusaka? Es un intento más de promover una alineación de las inversiones y una mayor colaboración de los donantes, llamadas Organizaciones Financieras Internacionales para la Salud, revivir el compromiso de los tres unos: un solo plan estratégico, un solo presupuesto y un solo marco de evaluación, algo que se promueve hace más de veinte años con poco éxito.

Entre los riesgos están el futuro de la participación de la sociedad civil, la alineación de los ciclos de financiamiento y el fuerte foco en sida, tuberculosis y malaria. Por ejemplo, la Alianza Global de Vacunas (GAVI) invierte en vacunas para múltiples enfermedades en ciclos de cinco años, distinto a los ciclos de tres años del Fondo.  También nos preocupan las formas, pues muchos donantes están aprovechando el próximo ciclo de financiamiento para empujar sus agendas, por ejemplo Lusaka, el financiamiento de los sistemas de salud y nuevos criterios de elegibilidad.

Sería muy irónico que los países implementadores abrazarán esta agenda para descubrir que tendrán menos dinero al final del día.

Sostenibilidad

La verdadera sostenibilidad sólo es alcanzable cuando las comunidades y el sector salud (incluida la sociedad civil) son capaces de responder a las epidemias y cuidar de sí mismos.  Ya con una inversión mucho menor del Fondo Mundial y otros donantes, es la hora de la verdad: ¿cuándo nuestros gobiernos asumirán la inversión en las tres enfermedades y otros sistemas sanitarios asociados?

Lo que hemos visto en aquellos países que ya no reciben recursos del Fondo Mundial es que lo que en principio no ha sido sostenible es la inversión en la sociedad civil y las comunidades. Sostenibilidad que no es sólo financiera, sino también política. Sostenibilidad no es sólo mantener los servicios esenciales, sino seguir incrementando dichos servicios, ampliar la cobertura a más personas, en el caso del VIH, más condones, PrEP, antirretrovirales y las estrategias que vayan surgiendo que demuestren efectividad, es poner a prueba hasta dónde se han comprado el pleito nuestros estados.

Asignación de recursos

Esta será -sin dudas- una de las grandes batallas en el ecosistema del Fondo Mundial con la mirada puesta en el próximo reaprovisionamiento. Sabemos que en el actual ciclo de subvenciones hay una inversión menor de la necesaria para la respuesta a la tuberculosis y, con un rebrote de malaria, también resulta insuficiente.

El Fondo Mundial está invirtiendo más de quince mil millones de dólares americanos en las tres enfermedades, una tercera parte de estos recursos esta dirigida a intervenciones para el fortalecimiento de sistemas resilientes de salud (RSSH, por sus siglas en inglés), hasta ahora con resultados en las tres enfermedades. Muchos constituyentes de la Junta quisieran usar al Fondo Mundial como un inversor en sistemas de salud, más allá de cualquier enfermedad. Luego de casi dos años de consultas muy amplias, el Fondo está ejecutando su estrategia trienal para las tres enfermedades centrada en las personas y con una clara orientación sobre resultados en sida, tuberculosis y malaria con una participación de las comunidades de las personas que viven y son afectadas por estas tres enfermedades. Dirigir el apoyo a RSSH a temas de salud en general afectará lograr resultados en las tres enfermedades, y por ello, muchas delegaciones se opusieron a reasignar solo recursos para RSSH.

Los próximos meses en la gobernanza del Fondo Mundial son claves, pues más allá de las discusiones sobre sostenibilidad y asignación de recursos, se reabrirán los debates sobre elegibilidad. Una cuestión que afecta directamente a América Latina y el Caribe. Urgen alianzas estratégicas y tácticas entre las delegaciones para que nuestras regiones no pierdan más espacio. La capacidad, calidad y desempeño de las subvenciones del ciclo actual son claves, pues si seguimos poniendo más énfasis en las peleas que en salvar vidas, será evidente que nuestras prioridades están en otro lado y que no necesitaríamos los recursos del Fondo Mundial. Lo peor que puede pasar es pelearnos entre enfermedades, entre sectores o dentro de los mismos sectores, pues cualesquiera sean los fondos disponibles estarán siempre por debajo de lo que necesitamos.

Todos tenemos un papel que jugar para mantener al Fondo Mundial completamente financiado, entre otras cosas debemos contar las historias de éxito y presionar a nuestros gobiernos para que efectivicen su inversión doméstica en las tres enfermedades y en los sistemas salud. Una cosa es cierta, la participación del Fondo Mundial en la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria en América Latina están el riesgo.

  1. Aclaración importante: Este editorial no refleja la postura oficial de la Delegación de las Comunidades ni de la delegación de América Latina y el Caribe en la Junta de Gobierno.
País: Internacional

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

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