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Salud y clima

Las discusiones sobre las acciones prioritarias vinculadas con el cambio climático y la salud han llegado a la junta de gobierno del Fondo Mundial para el sida, la tuberculosis (TB) y la Malaria. Ya en las declaraciones políticas de las reuniones de alto nivel sobre Tuberculosis, Cobertura Universal Sanitaria y Preparación, prevención y respuesta a las pandemias incluyeron referencias a este tema; lo que puede generar algunas interrogantes:

¿Cuál es la relevancia de este tema para nuestro sector?

El cambio climático, junto con las pandemias, ha demostrado ser una clara amenaza para la implementación de proyectos y programas, como también para lograr los objetivos de las iniciativas globales de salud como es el caso del Fondo Mundial. El 71% de los recursos del Fondo Mundial se destinan a los 50 países más vulnerables a los efectos del cambio climático y, también, el 87% de la carga mundial de malaria, y de las asignaciones del Fondo para esta enfermedad, se encuentran también en estos países.

Así mismo, hay evidencia de una correlación  entre los desafíos medioambientales y las dinámicas de las enfermedades, en particular las infecciosas transmitidas por vectores, como por ejemplo la Malaria y el Dengue. En este sentido, quizás el impacto más directo y significativos del cambio climático se produce en nuestra salud, en la morbilidad y mortalidad de las personas, con particular agresividad en aquellas con vulnerabilidades físicas, económicas y sociales.

Salud y clima

Introducir la urgente cuestión del clima y la salud no se trata de ampliar el mandato de nuestras organizaciones sino, como estamos haciendo en el caso de las pandemias, modelar el potencial impacto que tiene el cambio climático y las catástrofes relacionadas son éste, en las personas con las que trabajamos y en nuestros programas.

Se nos viene planteando un contexto crítico que no estamos seguros de que nuestras organizaciones hayan considerado como relevantes todavía. Las catástrofes climáticas afectan todos los sistemas en nuestros países y la vida de sus ciudadanos, en particular a las poblaciones en situación de vulnerabilidad como migrantes y desplazados. En el caso del Fondo Mundial, esta discusión ya se ha dado en la última reunión del Comité de Estrategias y se discutirá en noviembre en la reunión de la junta.

¿Cuán serio es el problema?

El calentamiento global está provocando fenómenos climáticos extremos y peligrosos, lamentablemente, estamos llegando muy tarde a prevenirlos. Las concentraciones de gases de efecto invernadero siguen alcanzando niveles récord, acelerando el calentamiento global, y esto lo vemos en las recientes olas de calor en el hemisferio norte y en las tormentas, las sequías e inundaciones más significativas y letales.

Las catástrofes climáticas afectan desproporcionadamente a nuestros países en vías de desarrollo, algunos de ellos en situaciones de fragilidad económica y política. Se estima que los desastres climáticos han causados el desplazamiento de casi nueve millones de personas en 88 países en 2022, lo que representa un incremento de más del 40% si se toman en cuenta los datos del año anterior.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el cambio climático afectará severamente a 132 millones de personas en los países más pobres y vulnerables. Quizás los cambios significativos en las temperaturas y en las lluvias tengan un impacto más claro en la Malaria y otras infecciones de transmisión similar. En lo relacionado con el VIH y la TB, el número creciente de personas migrantes y desplazadas climáticas verán incrementada su vulnerabilidad y exposición.

¿Qué podemos hacer?

Cómo hemos aprendido con la pandemia del COVID19, también el tema de la intersección de la salud y el clima debe estar en nuestras agendas para discutir antes de una catástrofe los posibles impactos en el corto y mediano plazo, y planificar acciones de respuesta y mitigación.

Necesitamos analizar y comprender, como las pandemias y los desastres naturales afectan nuestra habilidad para asegurar un flujo sostenido de intervenciones de prevención combinada y tratamiento antirretroviral. Al mismo tiempo, discutir cómo continuar nuestros programas en los contextos dónde una tormenta (ciclones), la sequía o un movimiento sísmico mata y enferma cientos de miles de personas y pone a todos los sistemas de salud en un claro estrés.

En el largo plazo, sin lugar a duda hay cosas que podemos hacer en nuestras operaciones cotidianas que puedan reducir el impacto que el cambio climático tiene sobre nuestro trabajo. Sensibilizar y educar a los tomadores de decisión, a las comunidades y otros actores claves es necesario.

En el caso del Fondo Mundial apoyará la transición hacia sistemas de salud con bajas emisiones de carbono, de residuos y la eficiencia de la cadena de suministros. Así también, aunque muy limitado, el Fondo cuenta con recursos para las emergencias, que ya fue puesto en marcha con las recientes catástrofes que han golpeado a algunos países implementadores. Cómo con las pandemias, estar preparados para activar planes de emergencia, de contingencias y las salas de situación, ayudarán mucho a salvar vidas y a comprender los desafíos más significativos antes de vernos afectados por un fenómeno en particular.

«No quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que yo siento todos los días y luego quiero que actúes. Nuestra casa está en llamas. Estoy acá para decirles que nuestro hogar está ardiendo. Es la crisis más importante que la humanidad ha enfrentado jamás» Greta Thunberg.

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

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