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Abordando las vulnerabilidades y cerrando las brechas para las personas en movilidad humana

El 11 de junio se llevó a cabo el evento paralelo a la reunión de alto nivel de 2021 donde se abordó el tema de la migración forzada y la respuesta al VIH. invitándonos a pensar ¿Qué incluye un paquete de protección integral social que tome en cuenta a la población migrante y refugiada?

Vale la pena comenzar este relato con una distinción que se señaló en los comentarios finales del encuentro: el tema de la “movilidad humana” debe ser mejor comprendida. En el marco de la región refiere a la situación de las personas venezolanas y centroamericanas que, al darse como respuesta a las crisis generalizadas en sus países de origen, responden más a la categoría de migración forzada que a la de movilidad humana.

Este evento, se trasmitió vía zoom y por la plataforma de  Equipo De Soporte Positivo Ecuador (Equipo de Soporte Positivo) y estuvieron presentes Amira Herdoiza (directora ejecutiva de Corporación Kimirina),  Jacqueline Rocha Cortes (activista trans y miembro del MLCM+), Jazmina Chan (Activista), Andrea Boccardi (directora de ONUSIDA para Perú, Ecuador y Bolivia). Ellas visibilizaron la importancia y la urgencia de tomar medidas integrales para reducir la inequidad sanitaria de la población migrante forzada que vive con el VIH o está en riesgo de contraerlo.

Activistas de diversos países se dieron cita para discutir qué hacer para garantizar la protección de las personas en movilidad.

En la actualidad según datos oficiales hay, al menos, cinco millones seiscientos mil personas venezolanas en situación de movilidad forzada; la mayoría de ellas se encuentra caminando por América Latina y el Caribe. Por su parte, Honduras, Guatemala y El Salvador, que componen el llamado Triángulo Norte de América Central, andan en grandes grupos hacia el norte, su huida es más histórica y estructural.

Dentro de estos grupos migratorios existe la diversidad humana: personas que viven con VIH, niñas, niños, adolescentes, población LGBTQ+, mujeres, poblaciones originarias, personas adultas mayores, entre otros. En todos los casos, con sus diferencias, lo que busca la gente al final de cuentas en contar con una oportunidad de desarrollar su vida con algunas garantías básicas.

Frente a esta realidad, y enlazando la temática de vivir con VIH, Rocha Cortes mencionó que hay que partir de la idea de que la gente debería tener garantizado su derecho a no migrar, por lo que sería importante abordar los aspectos estructurales en sus países de origen, pero como es ampliamente conocido no hay voluntad política. La activista mencionaba, hablando del tránsito a Brasil por parte de la población venezolana, que la legislación de ese país contempla el acceso de las personas extrajeras a diferentes servicios básicos. Sin embargo, muchas barreras reales como el idioma, las violencias y la xenofobia impiden el disfrute de este derecho; en otros casos los muros son subjetivos y tienen que ver con el miedo a la deportación y la falta de información. Mucho tiene que perder aquel que lo dejó todo.

Por su parte Jazmina Chan señalaba que, desde Guatemala y haciendo referencia al triángulo del norte, este contexto se hace complejo por el desplazamiento interno y la migración forzada hacia el norte. En este caso, las violencias cotidianas, el crimen, el estigma, el hambre y la discriminación, entre otros, amenazan la vida y expulsan a miles de personas que en el tránsito pierden la posibilidad de acceder a servicios de salud y a medicamentos antirretrovirales. Vale la pena recordar que estas personas se someten a varias fronteras a las que se les considera mortíferas y que en sus caravanas abundan niños, niñas y adolescentes no acompañados que van sumando factores de vulnerabilidad en cada paso.

Uno de los temas a considerar como factor de vulnerabilidad de la población que venimos abordando, es la ausencia de datos desagregados que permitan conocer completamente sus características. Esto tiene que ver con la poca transparencia en el manejo estadístico de sus países de origen, la poca voluntad política que se cronifica a medida que la gente camina y el uso de pasos no habilitados en los que cada persona, con su historia y características se invisibiliza aún más.

Al respecto, Boccardi decía que, si bien hay un enorme vacío de datos, siguen siendo las poblaciones claves (los hombres gais, hombres que tienen sexo con hombres, las personas trans, las personas usuarias de drogas y las trabajadoras (es) sexuales) quienes más barreras presentan en el acceso a servicios especializados en VIH y medicamentos antirretrovirales. El acceso limitado a los servicios sanitarios, y el miedo. hace que se acerquen de manera tardía a los centros de salud comprometiéndose sobremanera.

Frente a este panorama la ponente, recordó que los estados, la sociedad civil y las personas individualmente, cuentan con diferentes acuerdos que sirven como guía para impulsar acciones que salven vidas como la nueva Estrategia Mundial contra el sida y su enfoque de acción acelerada para poner fin a la epidemia en el 2030. En este aspecto, vale resaltar a la voluntad política como único motor posible.

Por supuesto el COVID-19 ha traído muchos más obstáculos por vencer, Herdoiza sumó al relato experiencias de personas migrantes que conviven con VIH que fueron expulsadas de sus hogares en los primeros meses de la pandemia debido a su imposibilidad de pagar los arriendo por quedarse sin trabajo, por lo que se vieron en la necesidad de movilizarse en el momento de emergencia lo que generó riesgos adicionales a sus vidas.

La activista, resaltó la necesidad de desarrollar políticas mulsectoriales y transfronterizas, con enfoque en derechos para poder acoger a estas personas. En su opinión se requiere mayor articulación entre la cooperación internacional, los estados, los privados y la sociedad civil para generar programas y proyectos de inclusión e integración social integral.

Todo lo expuesto hasta ahora retrata el drama que viene acompañando a América Latina y el Caribe desde siempre. La migración les ha tocado a diferentes países en distintos momentos por razones desgarradoramente diversas. Lo de hoy fue un llamado a la acción y, para cerrar el encuentro el activista Javier Hourcade comentó: “¿Qué significa un paquete de protección integral social? Hay que establecer hojas de ruta (…) reunámonos y pensémoslo”.

País: Latinoamérica

Acerca del autor

Constanza Armas

Psicóloga | Argentina
Organización:

Soy venezolana, migrante, feminista. Creo que la participación en los temas públicos de la sociedad civil organizada son la clave para una democracia verdadera. Creo en la libertad, por eso soy activista por los derechos humanos. Creo que todxs merecemos ser nombradxs, por eso intento tener mirada de género. Soy una indignada por los crímenes de lesa humanidad que ocurren desde hace años en Venezuela. Desde estos lugares escribo.

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