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Un vaso medio lleno: entre el liderazgo de ONUSIDA y la participación de la sociedad civil

Del 8 al 10 de junio, se celebró la Reunión de Alto Nivel sobre sida de las Naciones Unidas. En medio de –quizás- la cara más cruel de la pandemia del COVID-19, la sociedad civil, las comunidades, las agencias de cooperación y algunos gobiernos pudieron enfocarse, por unos días, en la que parecía la pandemia olvidada, la del sida.

Esta idea queda claramente reflejada en este fragmento del discurso original y provocador de la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima: “El sida sigue ahí, aún no lo hemos erradicado. Sin duda, es una de las pandemias más letales de la era moderna. Desde el comienzo de la epidemia, el VIH ha conseguido infectar a 77,5 millones de personas. El sida se ha cobrado la vida de casi 35 millones de personas. Cada minuto, una persona muere de sida. ¿Acaso no es eso una emergencia? Las tasas del VIH no siguen la trayectoria que todos juntos prometimos. De hecho, azotados por las negativas consecuencias que la crisis del COVID-19 ha tenido en la respuesta al sida, hemos visto incluso que la pandemia del VIH ha vuelto a resurgir con más fuerza.”

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.

El vaso medio lleno

Vamos a analizar algunos aspectos del proceso de Reunión de Alto Nivel, que, a pesar del contexto desafiante, debemos rescatar como positivo.

ONUSIDA ha vuelto

Una de las cosas que apreciamos mucho es que desde el ingreso de la Nueva directora ejecutiva, ONUSIDA está recuperando el liderazgo de incidencia, progresista y basado en las evidencia que necesitamos. Desde el principio de la pandemia por COVID-19, la agencia que más se ha centrado en proveer información y apoyo a la sociedad civil y gobiernos ha sido ONUSIDA. Y eso se vio reflejado en las acciones en las regiones y en cada discurso y carta de su directora. Resolver algunos temas que sufrió el programa llevarán tiempo, pero para quiénes vimos nacer a ONUSIDA celebramos esta versión fortalecida y empoderada, pues no hacía mucha falta.

Participación de la Sociedad Civil

No hay número finales aún, pero se estima que alrededor de 2,000 líderes y representantes de la sociedad civil y las comunidades han participado en las consultas nacionales facilitadas por ONUSIDA, en las discusiones con sus gobiernos durante las negociaciones, en reuniones regionales y globales. Ni siquiera para la UNGASS sobre sida recuerdo este grado de participación y este nivel de discusión; esto es clave y fundamental para la implementación de la estrategia global y la Declaración Política. Muchos activistas de todas las ideas leyeron por primera vez la declaración política, participaron en los debates y reconocieron que fue un ejercicio de aprendizaje. No dejemos pasar esta oportunidad. Quizás la virtualidad ocasionada por la pandemia facilitó que hayamos sido testigos de muchos debates sobre política y no sobre quién sería de la delegación nacional y viajaría a Nueva York.

Es importante señalar que se abrió mucho más el juego, para mencionar como ejemplo se hicieron dos consultas multitudinarias, una de poblaciones indígenas y la otra con médicos, investigadores y sociedad científica.

Temprano en el proceso, la sociedad civil de América Latina consensuó un Posicionamiento político del sector que se circuló globalmente en español, portugués e inglés. Viendo algunos de los resultados de la reunión y las negociaciones, muchos de los temas señalados tuvieron una significativa relevancia.

Cabe destacar la excelente participación de Jacqueline Rocha Cortes y Violeta Ross, miembros del Grupo de Tareas Multisectorial y de la delegación de ONG del PCB respectivamente.

El vaso medio vacío

Tironeando la Declaración Política

El borrador de la Declaración Política fue construido en un proceso secuencial que inició con el desarrollo y aprobación de la Estrategia del sida 2021-2025 en la Junta Coordinadora del PCB, seguido por el desarrollo del informe del Secretario general de Naciones Unidas, que proveyó la mayoría de los contenidos del borradores cero. Luego entró la diplomacia neoyorquina que comenzó con esa coreografía versallesca entre lo buenos y los malos.

Rusia fue “la piedra de Sísifo”, y mientras los bloques parecían adelantar en algunos temas, incluso con el grupo de naciones africanas, Rusia y algunos países satélites volvían al punto de partida. Y esta es una de las críticas que se le hace al proceso del llamado “consenso”, si después de una lectura e intento de consenso, si no lo hay, habría que enviar la declaración al pleno de la Asamblea a votar

Negociaciones

Hay un mito de los colegas gubernamentales y no gubernamentales, que quizás justifican sus empleos en Nueva York, que dice que han conseguido esto o aquello y evitado grandes desastres. Todos sabíamos los temas candentes y quién estaba de qué lado en el espectro del progresismo al oscurantismo. El análisis completo de la Declaración Política será objeto de otro artículo. Pero la Asamblea General debiera optimizar sus procesos, pues al final, cada representante debe rendir cuentas a sus capitales

La Declaración Política terminó siendo un documento menos terrible de lo que en algún momento parecía ser el resultado inevitable, y además no nos olvidemos que el relativismo cultural, disfrazado de soberanía, respeto a los contextos nacionales, creencias e idiosincrasia, hace que una parte o todo lo que dice la Declaración sea ignorado en muchos países.

Este editorial se queda con el vaso medio lleno, aunque haya habido algunas pérdidas y cosas por mejorar. Asimismo, alerta sobre las señales que algunos países donantes están dando al desfinanciar la lucha contra el sida, empezando por el Reino Unido.

“No podemos poner fin al sida en un solo país o continente. Para erradicar el sida, debemos poner fin al virus en todos los rincones del globo (…) Quiero rendir un gran homenaje a todos esos grupos de la sociedad civil de todo el mundo cuya lucha contra las desigualdades ha sido nuestro motor para la acción. Todos y cada uno de vosotros, comunidades, grupos de mujeres y movimientos de base, os merecéis este tributo porque no habéis dejado de empujarnos. En ocasiones, hemos de confesar que vuestra incansable fuerza nos ha resultado incómoda. Sin embargo, grabaos estas palabras: seguid empujándonos. Nunca dejéis de hacerlo. ¡Sigamos luchando! La presión procedente del poder de las personas es clave para acabar con las desigualdades y lograr poner fin al sida… Está en nuestras manos el que pasemos a la historia y nos recuerden bien por faltar a nuestra palabra, o por cumplir nuestras promesas; por haber fracasado o por mostrarnos vencedores. Podemos elegir si queremos que las siguientes generaciones se refieran a nosotros como aquellos que lograron derrotar al sida o como aquellos que pudieron haberlo hecho. Las epidemias magnifican nuestras peores características: desigualdades, injusticias y miedo. Pero también sacan a relucir nuestras fortalezas: ingenio, resiliencia y coraje. Estoy convencida de que juntos venceremos.”

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA

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Equipo de Corresponsales Clave

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