La Red Somos, junto a la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, ha sido elegida para recibir el premio a la investigación Robert Carr 2022 por el proyecto BIENVENIR en Colombia. Conversamos con Miguel Angel Barriga, director de la organización, para conocer más sobre el proyecto.
Desde hace varios años, la Red Somos viene trabajando por la salud y el bienestar de las personas migrantes, en particular las que llegan de Venezuela. Esto hizo que fueran escogidas por la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins para implementar, con el financiamiento del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, una investigación sobre la prevalencia del VIH en migrantes venezolanos en Colombia.
“Fuimos seleccionados, Red Somos, como socios, porque incluía más que un estricto rol de recolección de información y ya (…), en nuestra propuesta incluíamos el tamizaje de VIH y sífilis, incluíamos también el enrutamiento, en el marco de la estrategia que maneja Red Somos: 1) documentación, todas las personas priorizadas, sobre todo a quienes salieran positivas, tanto para VIH como para sífilis, eran acompañadas por nuestros asesores jurídicos para el proceso de regularización y el registro de estatuto temporal de protección a migrantes venezolanos”, comenta Barriga con mucho orgullo por el rol que ha jugado la organización desde el diseño del estudio y la intervención.
El estudio, que se desarrolló en Barranquilla y Soledad, en la costa caribeña, y Bogotá y Soacha, en la zona central del país, fue más allá de la recolección de información, la consulta médica o la atención con personal de salud, sino que tenía un equipo más amplio que acompañaba a las personas para lograr el aseguramiento en el sistema de salud para lograr el acceso a atención. El proyecto también contempló el seguimiento de la persona para garantizarle el tratamiento en el corto plazo, temporal, mientras se lograba el aseguramiento.
El objetivo del estudio fue conocer la prevalencia de VIH y sífilis en personas migrantes, además de otras condiciones de salud sexual y reproductiva, salud mental, así como otros aspectos de seguridad alimentaria, derechos humanos o uso de sustancias psicoactivas.
Entre mayo de 2021 y febrero de 2022 se alcanzó una muestra de 6263 personas migrantes, se hizo un muestreo orientado por los encuestados (RDS, por sus siglas en inglés) y los únicos criterios para ser parte del estudio eran tener más de 18 años y tener por lo menos un año de permanencia en Colombia. A las personas que accedían a participar del estudio, se les hacía una prueba rápida, de salir positiva, se hacía una prueba confirmatoria y la prueba de varga viral. Además de la recolección de los datos y la toma de muestras para el testeo, el proyecto también contemplaba la activación de rutas de protección social.
“Teníamos un psicólogo o trabajador social por cada ciudad, que era quien ‘enrutaba’ también, bajo ciertos criterios de vulnerabilidad, por supuesto, porque no teníamos (recursos) para las 6200 personas, que era la muestra. Los kit (de alimentos) no estaban en el proyecto, eso fue como la contraparte de Red Somos, que se canalizaban por otros proyectos o, en esos momentos teníamos el apoyo de ACNUR que nos dio muchos kit y pudimos trabajarlo. Tenemos toda una red de medios de vida, entonces pudimos vincular con transferencias monetarias, a canastas alimentarias por Acción contra el hambre”, cuenta Miguel Barriga.
Aunque los datos aún están siendo analizados y estarán disponibles hacia finales de agosto; a partir de información preliminar, se han logrado hacer otras estimaciones sobre la situación de migrantes en Colombia. Se calcula, por ejemplo, que alrededor de 14 mil venezolanos con VIH están en suelo colombiano, pero solo 4 mil de ellos están en el sistema de salud.
Se conoció también que la gran mayoría, por encima del 90% de las personas encuestadas, tienen dificultad material para vivir en Colombia, que se traduce en inseguridad alimentaria, de vivienda y deficiencia financiera.
Aunque no se tiene el dato exacto aún, se prevé que la prevalencia de VIH y sífilis en la población migrante es más alta que en la población general colombiana. Además, se identificaron altos índices de discriminación por el estatus migratorio.
Acciones hacia delante
Red Somos planea incidir en la construcción de políticas para abordar la problemática identificada. Por un lado, y de manera urgente, están presionando para que se reabra la posibilidad de contar con los estatutos temporales, ya que solo se pudo presentar la solicitud a ellos hasta el 28 de mayo del presente año. “Con algunas organizaciones estamos haciendo un trabajo para demandar apertura, porque mucha gente se quedó por fuera; mucha gente de zonas alejadas, de zonas rurales, no pudo acceder”, menciona Miguel y precisa que en este trabajo están involucradas otras organizaciones aliadas como Save the Children y otras más.
La información preliminar también ha servido para precisar acciones en la subvención presentada al Fondo Mundial, que tiene un eje de trabajo para población migrante.
Red Somos ya ha empezado a responder a la situación de las personas en movilidad humana en situación irregular en Colombia y es un aspecto que debe ser destacado, ya que ha sido posible porque se trata de una organización de base comunitaria, con trabajo en el nivel local y en incidencia política. Un vínculo valioso entre la academia, la investigación y la respuesta comunitaria.
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