Noticias Sin categoría UNGASS

Impacto de la pandemia de COVID-19 en la respuesta al sida en América Latina

El 10 de junio de 2021 Violeta Ross, activista boliviana por los derechos humanos de las personas que viven con VIH, intervino en la Reunión de Alto Nivel en VIH/SIDA de las  Naciones Unidas para hablar sobre el Impacto de la pandemia de COVID-19 en la respuesta al sida de América Latina. Abajo está disponible su intervención de manera textual.

Reunión de Alto Nivel en VIH/SIDA, Naciones Unidas 2021

Panel temático 5: Abordar el impacto de la pandemia COVID-19 en la respuesta al SIDA y reconstruir mejor para la preparación para una pandemia, 10 de junio de 2021, de 11.30 a 13.00 horas (Hora de New York).

Intervención de Violeta Ross, Referente del Movimiento Latinoamericano y Caribeño de Mujeres Positivas en Bolivia

Impacto de la pandemia de COVID-19 en la respuesta al sida en América Latina

Les hablo desde Bolivia, un país de ingresos medios, en desarrollo y sin acceso al mar; aquí, la pandemia de COVID-19 está teniendo un impacto desastroso. El 1 de junio de 2021, en América Latina y el Caribe se contabilizaron un millón de casos nuevos cada seis días. Durante mayo de 2021 esta región contribuyó con el 35% de los casos nuevos a nivel mundial, aunque solo representa el 8% de la población mundial. Ya hay un millón de muertos; es casi exacto decir que nos estamos convirtiendo en el nuevo epicentro de la pandemia de COVID-19.

Violeta Ross, activista boliviana, miembro del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres positivas, MLCM+.

Lamentablemente, en esta parte del mundo conocemos la muerte. América Latina es una de las regiones más diversas, desiguales y violentas del mundo, especialmente en relación con la violencia de género y los delitos de odio provocados por la homofobia, la transfobia y la misoginia. América Latina ya se había quedado rezagada en los espacios globales de cooperación, ahora está desapareciendo en la conjunción de una crisis multidimensional.

La falta de políticas públicas sostenibles en VIH se debe a los prejuicios contra aquellas poblaciones de las que nadie quiere hablar y que voy a nombrar ahora: personas con VIH, mujeres y niñas, hombres gay, mujeres transgénero, trabajadoras sexuales, jóvenes, migrantes, personas que usan drogas, personas con discapacidad, personas privadas de su libertad, indígenas y afrodescendientes; somos poblaciones que ya vivimos en situaciones de exclusión y desigualdad; por eso la pandemia de COVID-19 encontró terreno fértil. Con esta pandemia se han evaluado los sistemas de salud y muchos han FALLADO.

La preparación para una pandemia es responsabilidad de los Estados, sin embargo, las comunidades que viven y se ven afectadas por el VIH, estamos respondiendo porque queremos vivir. Como hicimos con el VIH hace años, estamos asumiendo muchas tareas que son responsabilidad de nuestros gobiernos. Sin acceso a los recursos, hemos demostrado que la respuesta a una pandemia será eficaz si se coloca a las personas en el centro de las políticas públicas. Somos una prueba viviente de que una pandemia no acaba con medicamentos y vacunas sino con programas de protección social, justicia y equidad en la distribución de la riqueza y mediante una lucha directa contra la pobreza, la violencia y las desigualdades.

Soy parte del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas, y a través de una estrategia regional, movilizamos 850 voluntarias en 17 países de la región, logrando entregar más de 3.000 canastas de alimentos, facilitando el acceso a los medicamentos antirretrovirales y la provisión de apoyo psicológico y emocional. Como esta iniciativa, hay muchas otras en América Latina de las que podemos aprender y que DEBEMOS APOYAR.

La Estrategia Global del SIDA enfatiza la necesidad de abordar las desigualdades e inequidades, si mantenemos ese espíritu en la Declaración de Compromiso y CUMPLIMOS con lo que se acordará en esta Reunión de Alto Nivel, entonces podremos comenzar a ver la oportunidad en medio de esta crisis. Esto requerirá otras acciones inmediatas. Para América Latina, el acceso a la cura y la vacuna contra el VIH es urgente. Después de 40 años de esta epidemia, no entendemos cómo aún no se ha desarrollado una vacuna.

Como sucedió con los medicamentos contra el VIH, los perversos juegos de poder entre la industria farmacéutica y los países hegemónicos están dejando a los países pequeños y pobres sin acceso a vacunas y suministros de prevención. A fines de mayo de 2021, menos del 4% de la población de América Latina y el Caribe había sido completamente vacunada contra COVID19. Si seguimos así, exacerbaremos las crisis y provocaremos la desaparición de regiones como América Latina.

Distintas personas que viven con y afectadas por el VIH de América Latina prepararon una Posición Política pidiendo que no haya otra Reunión de Alto Nivel en la que todo se firme pero nada se cumple. Los retrocesos en el VIH provocados por la pandemia de COVID-19 no habrían sido tan devastadores si hubiera habido políticas sostenibles. La pobreza no se habría exacerbado a tales extremos si hubiéramos tenido medidas de protección social. No hubiera muerto tanta gente por causa de la violencia de género y la violencia política si tuviéramos leyes efectivas para la protección de los derechos humanos.

Teniendo en cuenta las discusiones particulares de esta Reunión de Alto Nivel, les pedimos que reflexionen sobre el uso del término “soberanía nacional”. Nuestra comunidad nunca vio un uso tan diverso de este concepto desde diferentes enfoques, incluido el económico, el científico y el político. Advertimos respetuosamente que el uso indefinido de este concepto puede resultar en un arma de doble filo. Para nosotros, las personas que vivimos con el VIH y las poblaciones clave, la soberanía de un país se refiere a su autonomía soberana y debe ser utilizada para la adopción de leyes y políticas que eliminen desigualdades flagrantes y defiendan los derechos humanos y nuestro bienestar.

Es por estas razones que HACEMOS UN LLAMADO URGENTE A LOS ESTADOS, les pedimos que salven el capital humano de nuestros países, que CUMPLAN SU PALABRA e implementen los compromisos de la Declaración Política lo antes posible porque NO HAY MÁS TIEMPO QUE PERDER.

País: Latinoamérica