“¿El VIH lo tienen las trabajadoras sexuales y los hombres promiscuos?” “Estaba ebrio y estuve con una chica, no me acuerdo si me protegí” “Si soy virgen, ¿debo hacerme la prueba de VIH?” Esta son algunas de las inquietudes presentadas por estudiantes de Nicaragua, durante la Gira “DKY”, que se está realizando por casi todo el país.
El proyecto radiofónico “DKY FM” (de calle fm) enfocó acciones hacia lugares donde la juventud no ha tenido la oportunidad de contar con información adecuada para sus edades y necesidades, esto porque se encuentran alejadas del casco urbano. Esta es una iniciativa para promover la percepción de riesgo ante el VIH e informar sobre las formas de prevención del VIH desde la técnica de edu-entretenimiento.
Las actividades que realiza DKY FM están ligas al saber, las y los estudiantes realizan dramatizaciones, concursos y presentaciones, como el video “La prueba de fuego”, una edición especial de la serie televisiva Sexto Sentido, en la que se refleja la historia de tres jóvenes varones que se realizan la prueba de VIH y se muestra la forma en que cada uno se enfrenta a las consecuencias, cómo han vivido su sexualidad y la responsabilidad que esto implica.
En Nicaragua los jóvenes componen, aproximadamente, el 65 por ciento de la población. Según expertos, el país atraviesa un proceso que, de ser aprovechado tanto a nivel educativo, de la salud y socialmente, representará un oportunidad de desarrollo en las siguientes generaciones, pues será la población económicamente activa quien tendrá en manos aportes técnicos e intelectuales para la nación.
Sin embargo, esta misma juventud está siendo limitada por falta de educación sexual científica, que no permite la toma de decisiones con responsabilidad. Esto se traduce en embarazos en adolescentes, ITS y VIH, problemáticas que, además, dan continuidad al ciclo de la pobreza. Dicha falta educación reproduce tabúes, estereotipos e informaciones confusas que vuelve vulnerable a la juventud.
La pandemia del VIH ha demostrado que su supervivencia depende de dichas debilidades socio-estructurales y que, mientras menos información y percepción de riesgo exista, aumenta el número de jóvenes que adquieren el virus. Las estadísticas revelan que, en el mundo, todos los días se infectan por encima de 7 mil jóvenes, es decir, casi cinco jóvenes por minuto.
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