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«¿Qué es eso del VIH? Eso solo pasa allá en la capital»

Presentan diagnóstico de situación de las personas con VIH en zonas rurales, indígenas y afrodescendientes de Nicaragua, con historias impactantes y datos necesarios para iniciar acciones urgentes. Se esperan para dentro de pocas semanas los resultados de Guatemala y Honduras.

Don José es de Tusku Tara, una comunidad miskita cerca del Río Coco, y tiene que recorrer 48 horas en panga para recibir su tratamiento antirretroviral. El viaje, entre la panga y la alimentación, le cuesta C$3.000 córdobas (unos 120 dólares americanos) y esto debe repetirlo mensualmente. Karla debe caminar 10 kilómetros diarios para ir al centro de salud más cercano y así tomar la medicación. Don Pedro escuchó en la radio de su comunidad que el VIH “viene porque hay gente que tiene sexo con las vacas y entonces la carne de res estaba infectada con VIH.”

Mapa de pueblos originarios

Estas son historias con nombres ficticios, mas no las situaciones que se viven en las diferentes zonas rurales. “En varias regiones de Centroamérica, especialmente en las zonas rurales, los pueblos indígenas constituyen la mayoría de la población. La identidad centroamericana está basada en gran medida en las culturas vivas de sus pueblos indígenas con sus tradiciones, valores comunitarios, idiomas y espiritualidad”, según el informe del proyecto Construyendo Alianzas de VIH en el Mundo Rural de Centroamérica.

El informe presentado en el marco del proyecto es preliminar y abarca solamente a Nicaragua, pero está previsto ampliarlo a un diagnóstico sobre todos los países de Centroamérica.
El objetivo principal de la investigación  fue conocer la situación de las personas indígenas en cuanto al cumplimiento de sus derechos fundamentales. Se trabajó con entrevistas a personas que viven con VIH, actores claves, instituciones, personal de salud, docentes y religiosos, entre otros. Se cubrieron 11 de los 17 departamentos de Nicaragua.

Entre los hallazgos del informe encontramos que:
– Nicaragua presenta los indicadores más altos de desempleo: uno de cada cinco jóvenes solo encuentra empleo en el sector informal.
– El acceso a la seguridad social en zonas rurales para personas con VIH es prácticamente inexistente.
– Managua, Chinandega, Matagalpa y León tienen el 71% de asegurados; el resto se distribuye en 13 departamentos.
– Del 20% de las personas que trabajan, solo 11% tenían acceso a la seguridad social, es decir que de 232 personas con VIH, sólo 25 tenían acceso.

Dentro de los principales avances en el área rural se menciona que:
– La transmisión vertical del VIH bajó de un 38% en 2005 a un 2% en 2011.
– El tratamiento antirretroviral se entrega en forma gratuita.
– Con el financiamiento del Fondo Mundial se ha mejorado el acceso a pruebas de VIH y tratamiento (sin embargo consideramos que se trata de una debilidad pues no se sabe qué pasará con Nicaragua si se retira el apoyo del Fondo Mundial).
– Las organizaciones que brindan consejería tienen un papel más activo.

En cuanto a las brechas principales encontradas, podemos ilustrarlas con esta historia:

Imagínese un hospital público en una comunidad alejada a 180 km de la capital, con cierta cantidad de personas en la sala de espera. Casi todas se conocen entre sí, incluyendo una adolescente que gracias a la sensibilización de una ONG decidió hacerse la prueba de VIH. Pasa por recepción y con voz apenas audible pide hacerse la prueba. “Espere que ya la llaman” es la respuesta. No encuentra dónde sentarse y se queda parada. Luego de media hora de espera aparece una enfermera cansada de atender a más de 20 pacientes en lo que va de la mañana y grita: “¡Que pase la muchacha que viene a hacerse la prueba de sida!”. En la sala se cruzan las miradas de los pacientes… Por supuesto la muchacha no se acercó. Ninguna adolescente se hizo la prueba ese día.

Luis Borges, representante de la Asociación Mary Barreda, informó que generalmente esta situación se repite en los hospitales públicos de las comunidades que atienden. Y así lo confirma el informe, señalando que las principales brechas se deben a la falta de condiciones adecuadas en los centros de salud y hospitales, equipos dañados, violación de la confidencialidad por parte del personal de salud, resultados tardíos y hasta pérdidas de muestras, falta de tratamiento para enfermedades oportunistas y discriminación.

Causó revuelo en la presentación del informe cuando se explicó que en uno de los hospitales  no les hacen diálisis a las personas con VIH debido a que solo hay un equipo para efectuar tal procedimiento. Pero aún, ante la insistencia de las/os participantes de que dijeran cuál era el hospital, no se dio el nombre. Se acordó que el equipo de estudio valoraría dar o no el nombre de la institución, abogando que la idea principal es “ver el sentido amplio de la situación y no señalar ciertas acciones.”

Otro de los hallazgos clave es que de las personas que tenían VIH solo el 55% sabía definir qué era realmente el virus, mientras que el 89% tenía claridad y conocimiento sobre todo el proceso de tratamiento. Cabe señalar que ambos conocimientos fueron obtenidos con posterioridad a conocer su diagnóstico, es decir que antes de conocer el resultado de la prueba los índices de desinformación eran abismales.

“Los desafíos más urgentes son el estigma y la discriminación, la transformación positiva hacia la autorecuperación y autovaloración, el involucramiento efectivo y sostenible en acciones conjuntas, garantizar servicios de atención de calidad, integrales y de acceso universal, fortalecer la puesta en marcha de proyectos de prevención con enfoque de cambio de comportamiento, empoderamiento de los individuos y de la comunidad en conjunto”, puntualiza el informe preliminar.

“Hace falta mucho por hacer. Estamos tratando de incidir con los institutos de turismo por la llegada de miles de turistas al área rural y cómo esto afecta o impacta en sus pobladores. Todas y todos somos parte de la respuesta nacional. Gracias a ustedes por ser parte de la iniciativa. Este es apenas el inicio y aproximadamente entre julio y agosto haremos la devolución del diagnóstico regional”, expuso Marilyn Mora, coordinadora del proyecto.

Se espera que la investigación sirva como base para formular políticas públicas, proyectos y actividades que generen cambios positivos. Como sociedad civil debemos hacer uso constante de los hallazgos realizados por especialistas en investigación social.

Acerca del autor

Kenia Regina Sánchez Vado

Corresponsal Clave | Nicaragua
Organización: Independiente

Kenia Regina Sánchez Vado tiene 28 años y vive en Nicaragua. Es Licenciada en Comunicación, ha cursado el Posgrado en Comunicación y VIH, Comunicación y derechos de la niñez, Estrategias de comunicación para el cambio social y medios de comunicación con enfoque de género. Desde 2009, parte del Equipo de Corresponsales Clave.

Kenia trabaja para la Fundación Puntos de Encuentro, como Responsable de la Línea de producción radiofónica y como productora y locutora del programa de radio DKY FM, el único que se transmite a nivel nacional. Desde este espacio realiza giras y campañas dirigidas a adolescentes y jóvenes sobre VIH, derechos sexuales y reproductivos y cuestiones de género. Además, junto a un grupo de graduados en Comunicación y VIH, conformó la Red de Comunicadoras y Comunicadores por el Abordaje del VIH, una red que ya ha capacitado a 500 periodistas y de la cual es presidenta desde 2010.

Kenia quiere ser parte del cambio del mundo, es feminista y comunicadora. Se alegra cuando una mujer triunfa y desea la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos: el mundo, en el trabajo, en la casa y en la pareja.

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