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El estrés por la vacunación en Venezuela

Con  30 millones de habitantes, Venezuela registra unas 3400 muertes por COVID-19, según cifras oficiales; organizaciones no gubernamentales cuestionan esas cifras por considerar que esconden un elevado subregistro y muestran su preocupación por las demoras en la vacunación.

El gobierno nacional de Venezuela ha anunciado con bombos y platillos que para finales de año toda la población estará vacunada contra el covid con la incorporación de vacunas producidas en Rusia, Cuba, China y otras provenientes del mecanismo COVAX, a través del Plan Nacional de Vacunación.

Las personas con VIH están a la espera de información clara sobre su proceso de vacunación.

Para que la población venezolana acceda a la segunda fase de inmunización que incluye a adultos mayores de 60 años, el gobierno dispuso un sistema de priorización para seleccionar a quienes están registrados en el “Carnet de la Patria”, dispositivo implementado para la entrega de bolsas de alimentos, bonificaciones y subsidios para un amplio sector de la población, generalmente, sectores ubicados bajo la línea de pobreza en Venezuela; considerado por la oposición como un mecanismo de control social. En paralelo, el Ministerio de Salud ha creado una plataforma para quienes no estén registrados con dicho carnet.

Para las diversas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, la Academia y las Universidades han señalado que ese mecanismo es discriminatorio y viola los derechos humanos; e insisten en que deben aplicarse vacunas aprobadas por la OMS.

Desde finales de mayo, en todo el territorio nacional, se indica por un mensaje de texto a las personas que han sido seleccionadas para la vacuna, indicándole día, hora y lugar a donde acudir. De esta forma, se espera por parte de las autoridades competentes distribuir equitativamente las vacunas, que todas las personas puedan acceder poco a poco a la vacunación, evitar concentraciones y largas colas para minimizar los efectos de contagio por COVID-19.

Sin embargo, el Plan Nacional de Vacunación se enmarca en un sistema público nacional sanitarios en franco deterioro, además de la escasez de combustibles, deterioro de los servicios básicos como electricidad y comunicaciones, escasez de personal de salud, entre otros, lo que contribuye a retrasos en el plan y el surgimiento de un mercado irregular de las vacunas.

Según el ministro de Salud, Carlos Alvarado en la fase II se va a incluir a personas menores de 60 años que sufran o padezcan dos o más enfermedades. También se va a priorizar a personas con enfermedades renales, VIH y otras enfermedades que comprometen su inmunidad.

La incertidumbre sobre la llegada de la segunda dosis de la vacuna Sputnik V tiene a millones de personas a la expectativa.

El equipo de Corresponsales Clave pudo confirmar con el doctor Javier Escalante, Coordinador del Programa Regional VIH, dependiente de la Corporación de Salud del Estado Mérida, que no ha recibido información de que las personas con VIH vayan a tener una atención prioritaria en el proceso de vacunación en este Estado.

Al respecto, Diana Lobo, coordinadora de la Liga Merideña contra el Sida, espacio de articulación de seis organizaciones con trabajo en VIH en el Estado Mérida, señaló “ninguna de nuestras organizaciones afiliadas tienen información si las personas con VIH y TB serán llamadas para su vacunación de forma prioritaria o serán tomadas en el universo de las población que accederá a la vacunación de forma general. Nos preocupa, que esta desinformación, omisión o descuido esté generando mucho estrés y angustias en las propias personas con VIH y TB”.

A pesar de la desinformación, algunas personas han podido acceder a la vacunación. Una persona de 62 años, registrada en el Programa Regional VIH comentó: “Me llegó el mensaje por celular; acudí el día y hora indicada, me colocaron la primera dosis de la vacuna rusa. Ese día no sentí nada gracias a Dios. Ahora a esperar mi segunda dosis”.

Sin embargo la situación es desigual y algunas personas enfrentan discriminación. Una persona residente del municipio Santo Marquina contó “me llegó por texto el mensaje para vacunarme, fui al centro y les dije que era una persona con VIH. Todos me miraron, como nerviosos, empezaron a preguntar entre ellos si podría vacunarme; me apartaron del salón, tuve que esperar hasta que me dijeron: ‘debe traer informe médico, carga viral indetectable’. En eso estoy, buscando, para que me coloquen la vacuna. Esto me angustia por si me quedo sin vacuna”.

Así también, una señora con VIH, de 68 años, comentó: “No me ha llegado el mensaje para vacunarme, debo hacerlo para poderme ir del país a dónde está mi hija. Donde ella está puedo vacunarme pero no puedo viajar a Europa sin tener la vacuna porque no me dejarían entrar allá. No sé qué hacer. Nadie sabe nada como resolver mi caso. Esto me tiene estresada y angustiada”.

En comunicación con usuarios del Estado de Zulia, otra persona usuaria informó que “una amiga me hizo la diligencia acá, y me pusieron la primera dosis de la vacuna rusa; no sentí nada ese día pero no sé si  podré ponerme la segunda dosis, eso me preocupa”. Y desde Táchira, otra persona con VIH contó: “como soy docente, acá nos vacunaron a todos para poder tener en septiembre  las clases presenciales. No dije nada que soy VIH(+). Ahora dicen que en 90 días me toca la segunda dosis, eso me da miedo, que no lleguen más vacunas”.

Un joven del Estado Barinas, quien estuvo en el Hospital Universitario de Los Andes en la ciudad de Mérida, quien tiene un año diagnosticado con VIH nos comentó “En Barinas, no dicen nada de las vacunas para nosotros que tenemos VIH; dicen ellos que no saben nada ni le han bajado lineamientos. Ahora que ando en exámenes por TB, me preocupa esta situación.”

Por último, un joven VIH del Estado Trujillo vino a Mérida para ver cómo se vacuna, ya que en Valera no consigue información sobre el tema. “Me vine a ver como el programa regional VIH me ayuda a vacunarme contra el COVID19 porque me preocupa mucho enfermarme, no tengo como cubrirme los tratamientos para COVID19”, dijo.

Según el inmunólogo Guillermo Terán, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Los Andes, en el foro “Vacunas COVID-19 en las personas con VIH: de las evidencias científicas a nuestra realidad (Mérida, 2021)” señaló: “En los actuales momentos, la desinformación y sobreinformación sobre las vacunas en Venezuela estan produciendo ansiedad, preocupación, desesperanza, incertidumbre, irritabilidad, entre otras que entran dentro de lo esperable en una situación de pandemia y confinamiento.”

Desde Corresponsales Clave expresamos nuestra preocupación por la situación en Venezuela e instamos a las autoridades responsables de la vacunación y de los programas de VIH y TB a acelerar la inmunización de los grupos más vulnerables e implementar programas de apoyo psicológico, tanto para la población general como para las personas con VIH y TB en el contexto del confinamiento.

País: Venezuela

Acerca del autor

Walter Trejo Urquiola

Politólogo / Educador para la Paz | Venezuela
Organización: Cátedra de la Paz / Universidad de Los Andes

Politólogo, Educador para la Paz, Venezolano, Merideño, Ciudadano del Mundo, Ciberactivista por la Paz, Coach en Educación para la Paz (IIPE, 2013) Coordinador General Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero adscrita a la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

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