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En la recta final del Tratado Pandémico

Desde el año 2021 se viene negociando en el seno de la Organización Mundial de la Salud un acuerdo que permita a los países sembrar los cimientos para una respuesta rápida, coordinada, solidaria y equitativa a futuras pandemias. En estos días, hasta el 28 de marzo, se discute el texto final de lo que podría ser un Tratado que obligue a los países a fortalecer sus redes de atención en salud, informar a instancias globales sobre los patógenos emergentes, entre otras cosas.

A pesar de que el texto del tratado puede parecer responder a las necesidades de todos los países, según analistas latinoamericanos, estaría sesgado para beneficiar a los países ricos manteniendo el estatus quo.

Durante la pandemia de covid 19 en el mundo, todos los países vieron colapsar sus sistemas de salud, pero unos países pudieron responder más rápidamente y con más recursos a la emergencia, incluso limitando el acceso de otros países a productos sanitarios, como mascarillas y guantes y luego vacunas. Estas prácticas fueron duramente criticadas por organismos internacionales y la sociedad civil a nivel global y eso impulsó la discusión de una herramienta que impida en el futuro prácticas de acaparamiento, entre otras situaciones nada solidarias.

Vacunas para la Gente (o People Vaccine Alliance, PVA), una iniciativa que busca promover el acceso equitativo a tecnologías en salud y que surgió a partir del escandaloso Aparheid de las vacunas que dejó a decenas de países en el mundo sin poder acceder a ellas, continúa dando seguimiento a la discusión del texto del Tratado Pandémico para abordar aquellos aspectos que impacten efectivamente en el acceso equitativo a medicamentos, vacunas e insumos.

Uno de los aspectos que destacan en la discusión es la profunda asimetría en los derechos de propiedad intelectual, normas que impidieron que diversos países accedieran a tecnologías médicas que les permita fabricar sus propias vacunas y medicamentos para proteger a sus ciudadanos.

Al respecto, Vacunas para la Gente, en su reciente campaña en alianza con organizaciones de América Latina como Ifarma, GHP (Colombia), AIS, RedGE, GIVAR y Sí, Da Vida (Perú), Medical Impact (México), Innovarte (Chile), Public Citizen (USA), Xumek y el Observatorio de Justicia Sanitaria y Climática (Argentina) y Corresponsales Clave, señalan la necesidad de abordar puntos críticos para que la historia no se repita. Por un lado, el Tratado debe ser explícito al asegurar el desarrollo y producción suficiente de tecnologías en salud que permita al sur global a responder a sus particulares necesidades en salud. A este respecto, se debe garantizar que aquellas tecnologías desarrolladas con fondos públicos deben estar libres de restricciones para ser usadas por todos los países y deben ser declaradas bienes públicos mundiales.

La campaña también destaca el rol que cumplen los países del sur o que identifican patógenos que amenazan la salud pública global. Estos están en la obligación de compartir la información sobre dichos patógenos, así como su secuenciación genética, en muchos casos, con organismos internacionales, instituciones dedicadas a la investigación y desarrollo de tecnologías, así como la industria farmacéutica. Este es un paso vital para el desarrollo de productos de diagnóstico, vacunas y tratamientos; sin embargo, del otro lado no hay ninguna obligación a compartir la información que se genere a partir de los datos compartidos inicialmente, lo que profundiza las inequidades.

En el transcurso de la negociación, Tedros Adhanom, director de la OMS ha mostrado su confianza en que este tratado podría beneficiar a todos los países en el mundo y que con esta herramienta internacional no se repetirá lo que vivimos con la pandemia de covid 19. Pero a partir del lenguaje usado en el texto no parece que se iniciará ninguna revolución en la salud global. A decir de algunos críticos, el éxito del tratado depende de la voluntad de los Estados miembro a buscar un nuevo paradigma económico, pero con un lenguaje inofensivo, es muy probable que fracase.

Mariana Mazzucato, Profesora de Economías de la Innovación y Valor Público en la Universidad de Londres y Presidenta del Consejo de Economía de la Salud para todos de la OMS señaló en un artículo esta semana que “ los negociadores de todos los países deben mantenerse enfocados en el objetivo general de impedir que las futuras amenazas sanitarias se vuelvan catastróficas. Eso implica diseñar los términos del tratado -inclusive aquellos relacionados con la innovación, la propiedad intelectual (PI), la colaboración público-privada y el financiamiento- para que estén orientados a la misión. El capital debe ser la principal prioridad porque, en definitiva, todos los individuos -y todas las economías- sufren en una pandemia si las pruebas, las vacunas y la terapéutica que salva vidas no están a disposición de todos.”

Quedan pocos días para el cierre de las negociaciones sobre el texto final y en mayo, durante la Asamblea Mundial de Salud se discutirá y aprobará el Tratado por los Estados miembro. Por ello, es urgente que desde la sociedad civil levantemos nuestra voz para lograr el mejor tratado posible que beneficie a todos los países con equidad y en solidaridad.

Pueden unirse a la campaña compartiendo las publicaciones a través de los canales de Vacunas para la Gente y las organizaciones aliadas en X, Facebook e Instagram.

País: Internacional

Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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