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Lo que América Latina quiere de una la Declaración Política de VIH

En preparación para la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre VIH, el martes 6 de abril, ONUSIDA organizó una reunión que permitió discutir entre representantes de los programas de VIH y personas de la sociedad civil, lo que se quiere y espera de la Declaración Política que será resultado de dicha reunión.

Representantes del Grupo de Cooperación Técnica Horizontal, que agrupa a los Programas de VIH de los países de la región, así como representantes de la sociedad civil que trabajan en la respuesta al VIH participaron de la reunión convocada por ONUSIDA.

En la apertura de la reunión, Alejandra Corao, directora Interina de la Oficina Regional de ONUSIDA para América Latina y El Caribe, resaltó la histórica participación de América Latina en todas las reuniones de Alto Nivel. Destacó también la importancia de “mirar al frente con una visión de Derechos Humanos”, visión que ha sido plasmada en la nueva Estrategia de ONUSIDA.

Otro aspecto destacado por Corao refería a la necesidad de que la respuesta sea articulada y que todas las personas y organizaciones involucradas en la mismas puedan participar de la planificación, “si no estamos todos sentados en la mesa, la respuesta al VIH no podrá ser efectiva”, dijo.

En esta línea, se presentó la nueva Estrategia de ONUSIDA que establece un marco de acción transformador para terminar con las desigualdades para 2025 y reencaminar a todos los países y comunidades en la vía hacia la erradicación del sida para 2030. Así, prioriza el enfoque en las desigualdades, en la prevención combinada; también se introducen áreas de resultados nuevas o prioritarias sobre comunidades, derechos humanos, juventud, enfoque humanitario y pandemias (COVID-19).

¿Qué queremos en la nueva Declaración Política?

Como es sabido, la Reunión de Alto Nivel finaliza con la aprobación de una Declaración Política que busca guiar la respuesta internacional hacia los objetivos de erradicación del VIH como problema de salud pública. Las declaraciones anteriores han logrado avances en cuando al lenguaje inclusivo, la mención a la protección de mujeres y niñas en las dinámicas de la violencia.

Asimismo, la discusión entre funcionarios y funcionarias de los Estados no ha estado exenta de vetos, reservas e intenciones de retroceder en cuanto al reconocimiento de derechos de algunas poblaciones en particular.

En esta oportunidad, se espera contar con un borrador de la Declaración que incluya las expectativas de las distintas regiones y por ello, durante la reunión se realizaron grupos de trabajo para identificar aquellos puntos que, como región latinoamericana queremos que figuren en la Declaración. A continuación mencionamos algunos de ellos, de acuerdo a tres temas trabajados:

El rol de la sociedad civil, las poblaciones clave y las comunidades

Durante toda la reunión, varias personas señalaron la importancia de centrar la Declaración Política en que las personas estén al centro de la respuesta, sin dejar a nadie atrás. De la mano con este punto se señaló también la importancia de mencionar de manera explícita a la población indígena, migrantes, personas trans y usuarios de drogas.

También se precisó la importancia de que la Declaración provea alguna mención para animar la formalización de la participación de la sociedad civil y poblaciones claves en procesos de toma de decisiones, planificación e implementación (contratación social) de programas, monitoreo y evaluación, y rendición de cuentas; teniendo en cuenta los aprendizajes que ha dejado la rápida respuesta de las comunidades frente al COVID.

La respuesta al VIH en el contexto la cobertura universal y efectiva integración de servicios

Una idea que fue recurrente durante la discusión fue la necesidad de la mención de la articulación de múltiples sectores para alcanzar la Cobertura Universal en salud, que fuera acompañado de planes concretos y metas definidas. Asegurando las respuestas al VIH con enfoque intersectorial que trasciendan el enfoque sanitario y articulen con áreas institucionales como Seguridad y Protección Social, Trabajo, Finanzas, Economía y Educación; de manera tal que las respuestas sean sostenibles y se articulen de manera integral con la sociedad civil y el sector privado.

De la mano con el punto anterior, el grupo espera que la Declaración pueda esbozar algunas ideas que orienten a los países a generar espacios tripartitos y multisectoriales que abordan la temática del VIH, aseguren la defensa y promoción de los derechos humanos y se robustezca los marcos jurídicos al respecto, se prevea un abordaje integral y diferenciado de las poblaciones clave (adolescentes y jóvenes, migrantes, mujeres, e indígenas) y se genere información estratégica respecto del impacto del COVID en el continuo de atención del VIH.

Se buscará también que la Declaración provea metas en cuanto a inversión en la respuesta, así como la mención a algunos mecanismos que podrían contribuir a hacer posible dicha respuesta, como la tributación progresiva, y que las donaciones se adecúen a las necesidades de los países.

Finalmente, se espera que la Declaración también brinde propuestas para algún tipo de sistema o herramienta de monitoreo de la respuesta en los países que permitan dar seguimiento al cumplimiento de acuerdos y compromisos asumidos por los países.

Una respuesta eficaz y eficiente basada en las evidencias

Se requiere que la Declaración también brinde un enfoque de acceso universal, especialmente para garantizar el derecho a la salud en poblaciones tradicionalmente excluidas, como personas migrantes, desplazadas o solicitantes de asilo, de manera que la salud les llegue. En el mismo sentido, promover que quede explícito en la Declaración Política que los gobiernos de la región deben asumir el esquema del acceso universal como un modelo de gestión de las respuestas al VIH.

Destacar las salvaguardas de ADPIC/TRIPS, cuyo uso se percibe urgente ahora en la pandemia de COVID 19 en la región, para garantizar el acceso a tratamiento en especial en aquellos países que tienen limitaciones impuestas por las patentes, que afectan el acceso a tratamiento y la sobrevivencia, especialmente en las poblaciones clave para la epidemia.

Promover y fortalecer servicios que aprovechan las nuevas tecnologías y combinarlos con los servicios presenciales, a pesar de las brechas que pueden existir en el uso de tecnología.

Las siguientes semanas serán de intenso trabajo y discusión entre cancillerías, representantes de los países en las Naciones Unidas y los programas de VIH para allanar el camino a una Declaración integral.

Las personas de sociedad civil deberán involucrarse con sus programas de VIH para hacerles conocer el proceso y presionar por que la Declaración brinde un marco visionario orientado a eliminar el VIH como problema de salud pública para el 2030.

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Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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