Por Felipe Vilcachagua.-
El primero de diciembre, en la Feria del Ministerio de Salud por el Día Mundial de la respuesta al Sida, Julio César Cruz, histórico activista por los derechos de las personas con VIH y director de la Asociación Prosa, compartió su balance sobre los desafíos en la prevención, tratamiento y la lucha contra la discriminación a personas viviendo con VIH (PVV) en Perú.
Para Julio César, conmemorar el mes de la respuesta al VIH es una oportunidad para replantear, tanto las estrategias en función a las metas propuestas por ONUSIDA a nivel global (90-90-90), como las responsabilidades de los Estados en la provisión de atención integral, en las áreas de prevención y atención a las personas que viven con VIH.
Acerca de las estrategias implementadas por el Estado, Cruz nos brinda una mirada crítica: en la actualidad “no hay disponibilidad de insumos para protección, no existe la PrEP, por ejemplo, que debería estar como una estrategia de prevención. Aquí, en el país, no está. La misma disponibilidad de resultados de las pruebas de monitoreo de CD4 y CV (carga viral) no están disponibles. Entonces hay toda una cadena de elementos que obstaculizan realmente el logro de las metas planteadas para erradicar el Sida en el mundo”. A ello agrega que es necesario la implementación de políticas de protección a las personas afectadas por el VIH para reducir las desigualdades por sexo, género, orientación sexual, nivel socioeconómico y nacionalidad.
Las personas ciudadanas peruanas no son las únicas afectadas por las deficiencias del sistema de salud; Julio César resalta la necesidad de velar por la salud de la población migrante que vive con VIH. Al respecto, señala: “los refugiados inmigrantes, no dejan de ser personas viviendo con VIH (PVV) por más que sean de otra nacionalidad. Entonces, las políticas de protección que tiene el Estado tienen que garantizar que, por ejemplo, tengan aseguramiento al SIS (Seguro Integral de Salud), que no lo tienen (…), entonces tienen que pagar. Hay un costo de bolsillo que tienen que asumir ellos para las pruebas de pre-TARV (Tratamiento antirretroviral) y también para análisis específicos, que se convierten en una barrera de acceso”.
En este contexto, el activista sugiere tomar medidas concretas para exigir el respeto al derecho a la salud de las PVV. En ese sentido, nos comenta que existen mecanismos de denuncia, cuando se afectan los derechos de una persona dentro del sistema de salud, a través de la Defensoria del Pueblo, SUSALUD (Superintendencia Nacional de Salud) y las fiscalías de prevención del delito. Lamentablemente, dicha información solo es manejada por algunas organizaciones, las cuales no tienen los suficientes medios para socializarla a la población general.
Volviendo a las políticas del Estado, le consultamos sobre qué información tenía acerca de la inclusión de PrEP en la nueva norma técnica de VIH, cuya publicación estaba prevista para el 1 de diciembre. Su respuesta es poco alentadora: “La PrEP debió estar hace 5 años disponible en el Perú, no ahora primero de diciembre. Creo que es un tema de voluntad política y por la desestabilidad política que tenemos. Ahora, el Estado debe entender que la PrEP es una estrategia de prevención que tiene un nivel de costo beneficio favorable. Es decir, si tu das PrEP vas a tener menos personas expuestas al VIH y, por lo tanto, menos personas consumiendo antirretrovirales, menos personas con efectos colaterales que son costosos. Económicamente, tienen un significado grande en el país. O sea, ese costo del bolsillo, de los usuarios o de las PVV es elevadísimo (…)”. La presentación de la nueva norma fue postergada.
Julio César termina la entrevista animando la sociedad civil involucrada en VIH a fortalecer sus esfuerzos para exigir políticas de Estado más integrales y de calidad. “Yo creo que el tema de la respuesta nacional a la lucha contra el sida tiene que ser más fuerte. Basta ya de medias tintas, basta ya de falta de acceso, basta ya de exclusión, basta ya de estigma y discriminación”, agrega. Sin duda, refleja un llamado desde la indignación por vivir en un país acostumbrado a tomar medidas duras para lograr avances significativos, y que se encuentra distraído en la guerra política, mientras las personas que viven con VIH vuelven a tener un primero de diciembre sin ninguna novedad.
Nota.- Este es el artículo de graduación producido por Felipe Vilcachagua en el Curso de Corresponsales Clave 2022.
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