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¡Sí! Se puede acabar con la tuberculosis

En unas semanas, el 24 de marzo, el mundo conmemorará el Día Mundial de la tuberculosis, esta fecha nos presenta una oportunidad para revisar los avances, reflexionar sobre los desafíos y planificar hacia la eliminación de esta enfermedad como un problema de salud pública para el 2030.

El repaso de los avances y desafíos en la respuesta a la tuberculosis también nos preparará para la reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre tuberculosis que se llevará a cabo en setiembre y que renovará los compromisos de todo el mundo para su eliminación.

El tema de la campaña de este año busca llamar la atención sobre el poder que tenemos, como comunidad global, para cambiar el curso de la tuberculosis, recuperar la respuesta de los estragos producidos en la respuesta por la pandemia del covid 19, asegurando la prevención y el tratamiento, para retomar el camino hacia las Metas de Desarrollo Sostenible.

El Informe Mundial de la tuberculosis (TB), emitido por la Organización Mundial de la Salud en diciembre de 2022, pone en evidencia el revés que tuvo la respuesta global en los últimos tres años, aunque parece recuperarse en el 2022.

El diagnóstico y la notificación de casos de TB bajaron y las muertes aumentaron. Se estima que, en el 2021, 187 mil personas con VIH y 1.4 millones de personas que no viven con VIH murieron por tuberculosis. Por otro lado, se sabe que el acceso a tratamiento para tuberculosis resistente a los medicamentos se redujo entre 2019 y 2020.

El informe también nos trae algunos datos alentadores: en 2021, se recuperó el número de personas con VIH que recibían tratamiento preventivo contra la TB a niveles similares a los del 2019.

Un año decisivo para la respuesta la tuberculosis

Este 2023 es un año crítico para hacer una vuelta de timón en la respuesta a la TB. Contamos con más herramientas para responder a la tuberculosis, tecnologías para el diagnóstico más exactos, regímenes de tratamientos acortados y más efectivos, así como la expectativa de contar con nuevas vacunas en un futuro cercano.

Además, se ha confirmado la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas, que tendrá lugar en setiembre en la ciudad de Nueva York, un espacio en el que los países de todo el mundo revisarán sus avances y desafíos en la respuesta a la TB y se comprometerán a tomar acción para revertir el curso de la epidemia.

La campaña global y las declaraciones que la acompañan hacen también mucho énfasis en vigorizar la participación comunitaria en la respuesta. Así como en la respuesta al VIH, en tuberculosis, el rol que juegan las comunidades, las recuperadas de la infección por tuberculosis y sus familias, es de vital importancia para potenciar las acciones de prevención, diagnóstico y vinculación con los servicios de salud.

En América Latina hay muchos ejemplos, desde Guatemala hasta Perú de cómo esta participación ha hecho la diferencia en la respuesta, en la salud de las personas y en la prevención de muertes.

Aún hay muchas áreas que se deben atender como el financiamiento adecuado de las intervenciones, la investigación, el acceso a diagnóstico molecular, el desarrollo de vacunas efectivas que puedan llegar rápidamente a la población, así como el abordaje de otros determinantes de la epidemia como la protección de los derechos humanos, la atención a la desigualdad de género y el financiamiento y fortalecimiento de las comunidades. Con un renovado compromiso de los países, podemos abordar estas brechas.

¡Sí¡ Podemos acabar con la tuberculosis

País: Internacional

Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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