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¡Vivamos el Día del Orgullo!

En el Día del Orgullo LGBTI, los corresponsales escriben en primera persona sobre qué es para ellos este día, cómo lo viven, cómo lo reivindican y cómo lo celebran.

El Día del Orgullo lo recibo con el reto de continuar siendo feliz conmigo mismo, libre y sin ningún temor de lo que soy y de lo que siento.  Que soy un ser humano con plena capacidad e inteligencia emocional y profesional para mi desarrollo humano y del colectivo; y que la orientación

Ramón Acevedo, República Dominicana.

sexual no limita el potencial humano que poseemos . También celebro estar plenamente enamorado.

Ramón Acevedo, República Dominicana.

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Celebro con libertad y sentirme yo mismo y acompañar a quienes no puede alzar sus voces para enfrentar y hacer un alto a todo tipo de discriminación violencia todos los días del año. ¡Un abrazo!
Dennis Castillo, Honduras / Costa Rica
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Me he preguntado cómo sería vivir sin poder expresar tu amor a tu pareja en público; cómo sería tener que salir un día de tu casa porque ahí se avergüenzan de ti; cómo sería tener que ser rechazado de un trabajo porque se enteraron de tu orientación sexual. Me he respondido que a pesar de lo difícil que sería enfrentar esas situaciones hoy en día es posible vivir a tu manera gracias a las luchas de años de las y los activistas y la apertura de los gobiernos. Solo nos falta como sociedad terminar de cambiar ese chip mental pacato y entender de que AMOR ES AMOR.
Marlene Caero, Bolivia.
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#PrideLGBTIQ
Este año, este mes, este ciclo, tiene ese no sé qué… Esa sensación de satisfacción y de mucha inconformidad. De saber que hay que seguir profundizando revoluciones, cambios y transformaciones reales, no lavadas de caras.
También sabiendo que esos procesos no serán fáciles pero con la predisposición de quien tiene la vida entera para seguir luchando, construyendo, y acompañando los movimientos populares. Por decisión, por identidad, por convicción.
Vanesa Cufré, Argentina.

Mi identidad está marcada por las experiencias subjetivas que a lo largo de estos 33 años me han construido (y deconstruido). Pero también -y muy profundamente-, por las experiencias colectivas que me ha otorgado la decisión de incluirme en el activismo, de relacionarme con personas con objetivos en común.

La decisión de militar fue tomada ante cantidad de veces que fui detenida, demorada, investigada, rechazada, discriminada, violentada, golpeada, insultada. Eso me hizo militar. Saber que me enfrentaba a un monstruo llamado Estado, llamado Sociedad, que no la había construido yo, pero que estaba ahí para devorarme.
En lo que respecta a mi transición; se me cayó la venda de todo esto cuando decidí expresarme trans. Mi vulneración social se multiplicó. Mi mundo de afectos y relaciones personales, empezó a reducirse al LGBTIQ. Sentí que solo la gente que vivía mi realidad era la única que podía entenderme. Desde ese momento mi lista de amigos LGBTIQ aumentó en sobremanera, y mis relaciones sociales  comenzaron a ser más honestas. Conocer la realidad de mi comunidad me fortaleció y me llevó a creer que juntos podíamos dar un gran paso y una transformación real. Y lo hicimos.
Hoy siento que, ya pasada la hora del fervor inicial, los desafíos muestran que hay necesidad de nuevos procesos políticos, para dar las batallas de adquisición y más que nunca, de defensa de nuestros derechos en el actual contexto.
Los nuevos procesos deben estar marcados por una constante crítica a la acción política de nuestras organizaciones e instituciones, a su accionar y su proyección. Y digo constante porque no se puede trabajar sobre el pasado. Y digo crítica porque no se puede ser obsecuente si se quiere construir.
La revolución se hace cada día, desde adentro hacía afuera. Trabajar por los Derechos Humanos nos debe volver más humanos, no a la viceversa.
Hay mucho por hacer para el acceso real a los derechos, por cambiar la realidad que vive nuestra población, por superar la expectativa de vida, por lograr una igualdad de oportunidades.  El desafío sigue siendo hacerlo en el ejercicio de la democracia, ya que con todas sus fallas, es el único «método» capaz de dar respuesta.
No importa dónde, SIN DEMOCRACIA NO HAY LIBERTAD.

Vanesa Cufré, Argentina.

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Emi Godos, Perú.

(…) Me siento feliz de celebrar un avance en una sociedad donde lo natural puede verse extraño. Ecuador está orgulloso que logramos exigir lo que por derecho nos corresponde en un mundo con tintes machistas y extremos sin diversidad.

Mateo Berrones, Ecuador.

En este Día del Orgullo me siento dichosa de expresar mi identidad libremente, así como compartir con otros compañerxs de lucha todo este amor por la igualdad y el respeto que merecemos todxs y que hasta el día de hoy nos siguen negando. Es momento de alzar nuestras voces y abrir los corazones de aquellxs que aún no conocen el significado de las palabras: libertad e igualdad. #TransPride #PrideDay

Emi Godos, Perú.

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En estos momentos tan decisivos para la historia de Colombia, donde se vienen gestando cambios en nuestro rumbo como país,  con cambio de presidente, proceso de implementación, de los acuerdos de paz con las FARC,  la continua y sistemática desaparición de líderes sociales y  el no reconocimiento de los derechos de las personas LGTBI , es de suma importancia salir a marchar este 1 de julio por la defensa de los derechos ya ganados. Es el momento, además, de demostrarle al nuevo gobierno que somos sujetos de derecho, que estamos en pie de lucha defendiendo nuestros derechos como ciudadanos.

Jorge Eduardo Cruz Castillo, Colombia.

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Celebro el Día del orgullo sumándome al colectivo de los grupos de la diversidad en República Dominicana, la lucha de la población LGBTIQ es una lucha por los derechos humanos; por tanto, es compromiso de todos y todas las activistas. En ese sentido, ayer sumé mi voz al plan de incidencia política para impulsar el anteproyecto de ley de no discriminación que, si bien sería una ley que beneficia a todos, ha sido la población gay quien ha tenido mayor protagonismo impulsor.

 

Miranda Suero, República Dominicana.

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En lo personal me da gusto que en mi pequeña y querida Panamá, hayan caras nuevas hablando y luchando a favor de los derechos de los que formamos parte de la comunidad LGBTIQ. Caras nuevas como las de Iván Chanis de la Fundación Iguales, de Miriam Sánchez quien esta al frente de PFLAG, Paul González de Hombres Trans de Panamá, Samirah Almergor de CIMUF. Yo creo y apuesto por el relevo generacional en todos los sentidos y espacios. Ya la trocha la hicieron personas de la talla de Ricardo Beteta de la AHMNP, José Castillero (q.e.p.d) y otro grupo de personas que no forman parte de la comunidad LGBTIQ a las cuáles en su debido tiempo les voy a agradecer su valentía y tenacidad.

Gracias a todos ellos por buscar que Panamá sea un lugar mejor para nosotros, tanto a los que iniciaron el movimiento, como a los que ahora tienen la batuta.

Bernabe D’angelo Ruiz Aguila, Panamá.

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Ser gay durante la primera etapa de mi vida no fue fácil, pasé por momentos amargos y complicados; sin embargo, aprendí a sobrevivir y a ser resiliente ante un contexto hostil hacia todo aquello que amenazara al heteropatriarcado.

Hoy estoy muy orgulloso de ser gay, una identidad que asumo con dignidad y que no estoy dispuesto a ocultar nuevamente. Vivo mi orgullo día a día contribuyendo en la construcción de una sociedad incluyente. Como académico realizo investigación para evidenciar las problemáticas que enfrentamos las personas no heterosexuales y con ello aportar elementos que contribuyan a enfrentar estos grandes retos, como la discriminación y las inequidades en salud.

Hoy soy quien quiero ser y no lo que otros quieren que sea, ¡a vivir plenamente que vida sólo hay una!

Juan Carlos Mendoza, México.

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Un día fui a hacer una nota en la sede de la Comunidad Homosexual de Argentina (CHA) y ahí, en medio de la actividad que estaba cubriendo, pasaron una encuesta dirigida a sus integrantes. Cuando comencé a leer el instrumento, me di cuenta que esas preguntas no eran para mí, por primera vez mi heterosexualidad no era la norma. Vi a mi alrededor y, un poco apenada, la entregué diciendo, «disculpa es que yo soy heterosexual», entre risas me respondieron «tranquila, no pasa nada». Y así, siguió la actividad, la entrevista, la noche. Para mí, ¡esa es la diversidad! Poder encontrarse con la otredad que al mismo tiempo eres tú, soy yo y somos nosotros. Me gusta pensar que aprendí algo ese día, algo de sentirse en el margen y ser aceptada desde ahí, en esa risa, en ese «no pasa nada».

Constanza Armas, Venezuela/Argentina.

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En el día del #orgullo2018 me gustaría poner mis pensamientos en las personas #DosEspíritus, en las personas de la #DiversidadSexual de los pueblos #indígenas. Personas que quizás por los procesos de colonización sufren de persecución y odio no solo de las sociedades latinoamericanas sino de sus propias comunidades. A ellos va mi orgullo.

Francisco Olivares, Chile.

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El Dial del “orgullo” me invita a reflexionar sobre lo que falta por alcanzar, no podemos celebrar un día “orgullosos” de alcances, cuando deberíamos por unx, ser todxs, una víctima de violencia, una víctima de muerte; un aprehendido por un Estado, seguimos siendo todxs. No hay nada que celebrar en un dia en especial.

Juan Quintero, Venezuela.

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Sentir orgullo de ser TLGB es una forma de elevar gritos con rebeldía y descaro contra la represión que se sufre durante mucho tiempo y que, aún hoy, hace que muchos hombres y mujeres vivan su orientación sexual e identidad de genero a escondidas por miedo al rechazo. Por eso, siento orgullo de mi vida y de la mirada que tengo porque es una situación de valentía.

Rodolfo Vargas, Bolivia.

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Es momento para reflexionar sobre los desafíos pendientes para la comunidad LGBTIQ+, en una coyuntura de crisis política y de violación de derechos humanos que atraviesa Nicaragua, el último informe de la CIDH reporta que defensores de derechos de las personas LGBTIQ+ son perseguidos y acusados, incluso temen ser asesinados por exigir justicia y democracia. Ante tanto, es importante seguir exigiendo todos los derechos para todas las personas, la diversidad es un derecho humano.

Harvin Meléndez, Nicaragua.

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Este día es especial porque reafirma los avances y conquistas de la comunidad LGBT. Es un insuflo de energía revitalizante ganando espacios en una sociedad aún discrimitadora.

Javier Palacios, Bolivia.

Ni género, ni orientaciones… ¡Amig@s!

Patricia Espinoza, Perú.

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El Día del orgullo para mi es un día donde no existe el miedo a la homofobia, donde todas y todos podemos salir libres sin miedo y poder expresar lo que somos, ese día la gente no nos ataca, la gente se da cuenta que no somos un grupo pequeño sino que somos muchas personas que luchamos contra la discriminación y representamos a los que aún son reprimidos, a los que han sido callados violentamente y gritamos que es necesario que se respeten nuestros derechos porque no importa nuestra identidad de género y/o orientación sexual, todas y todos valemos por igual.
Yasmina Chan, Guatemala.

A mí me enseñaron en mi casa que todos somos diferentes, con mi experiencia profesional y de vida he entendido por qué, porque todos tenemos familias diferentes, orígenes diferentes, diferentes deseos, diferentes sueños, la heteronormatividad no es la norma. Defiendo los derechos de la población LGBTI siempre.

Claudia Martínez, Colombia.

En la Ciudad de México, el pasado 23 de junio se conmemoró la 40 Marcha del Orgullo LGBTTTI. Tuve la oportunidad de estar en dos momentos importantes que me hicieron sentir profunda emoción: el primero, con nuestros promotores gay, en donde pensé como se reproducen los esfuerzos y entusiasmo por ser y pertenecer; el segundo, en el contingente del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, lo que me hizo reforzar que las instituciones no se mueven solas para activar las políticas públicas en materia de derechos humanos, se requiere de la participación activa de todas las personas para darle fuerza a estas políticas.

Francisco López, México.

País: Argentina