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Alerta: precarizando el trabajo de la comunidad

En las últimas reuniones regionales y algunas nacionales, el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (FM), viene introduciendo la idea de que en las próximas subvenciones en América Latina y el Caribe se introduciría el mecanismo de financiamiento basado en los resultados para los trabajadores comunitarios en salud.

El Equipo de Corresponsales Clave participó y cubrió el IV Foro Regional sobre sida del Grupo de Cooperación Técnica Horizontal, seguido por la reunión anual de la Plataforma de América Latina y el Caribe del Fondo Mundial (Plataforma LAC). En el segundo evento, la Plataforma incluyó en la agenda a pedido del FM, una presentación de la firma Instiglio sobre financiamiento basado en los resultados (o pago por resultados). La presentación fue un poco vaga y sin ningún marco teórico de referencia. Alguna publicación sobre el abordaje fue solicitada por los participantes, pero hasta la fecha ni los participantes ni las organizaciones implementadoras lo han recibido. Lo único que los participantes pudieron reconocer e interpelar era el intento de introducir un nuevo modelo de gestión financiera, en particular para los trabajadores de pares o comunitarios.

Durante la reunión realizada en Lima, en octubre, se discutió también los riesgos a los que se exponen las comunidades en su trabajo por la respuesta al VIH.

¿Qué sería el financiamiento basado en resultados?

Al nivel micro, aparentemente, el financiamiento basado en resultados sería el trabajo a destajo, es decir el pago de un monto fijo determinado por cada persona alcanzada, testeada, navegada dentro de los servicios o vinculada al tratamiento. Un modelo de precarización laboral, que podemos rastrearla en el manejo del trabajo antes de la revolución industrial, del 1500, donde la explotación laboral y las pésimas condiciones de trabajo eran una constante. Las y los trabajadores recibían una paga por cada unidad fabricada, sin un monto fijo mensual, ni cobertura en caso de ausencia por razones de salud. No existían las leyes laborales ni los sindicatos. Tampoco, el concepto de explotación laboral infantil.

Existen en la actualidad empresas de ventas de servicios donde gran parte de su fuerza laboral vive de las comisiones, ya que las leyes laborales contemporáneas han contemplado un modelo mixto de un monto fijo y un monto de comisión por ventas realizadas. La realidad es que el modelo mixto también es una forma velada de explotación, pues el valor fijo es exiguo, lo que hace que las personas cubran sus reales necesidades de las comisiones y las propinas.

Parece que el Fondo Mundial en América Latina querría incursionar en el trabajo a destajo para los agentes de salud comunitarios. Ya hemos visto que esta ha sido una tendencia en el pasado. Mientras los funcionarios estatales, los profesionales de la salud, los funcionarios de los receptores principales y los colaboradores de ONG Subreceptoras de cierta envergadura laboran bajo una relación de dependencia, con derechos laborales, aportes a su pensión de retiro y cobertura privada en salud, al mismo tiempo los trabajadores de pares de las comunidades y las poblaciones clave trabajan en condiciones precarias sin beneficio alguno. ¿Cómo se justifica esta inequidad?

Las precarias condiciones de trabajo de las comunidades, futuras y prexistentes, en todo caso, se formalizarían bajo lo que se presenta como un nuevo abordaje de financiamiento por resultados.

¿Trabajando con y para la gente?

Profundizar estas prácticas, no hace otra cosa que contradecir la nueva estrategia 2023-2028 del Fondo Mundial y cabe recordar que su objetivo principal es “Trabajar con las personas y las comunidades para cubrir sus necesidades sanitarias”. La contratación y pago por resultados resuena más a trabajar “de la gente” que “con” y “para”.

Lejos de aumentar la producción, el pago por resultados en las intervenciones comunitarias puede desalentar el trabajo.

La nueva estrategia además incluye tres objetivos que se refuerzan mutuamente:

  • Maximizar los sistemas para la salud integrados y centrados en las personas para alcanzar Impacto, resiliencia y sostenibilidad.
  • Maximizar la participación y liderazgo de las comunidades más afectadas para no dejar a nadie atrás.
  • Maximizar la equidad en materia de salud, la igualdad de género y los derechos humanos.

No parece que profundizar la precarización del trabajo de las comunidades sería la forma más coherente de operacionalizar e implementar la nueva estrategia. Incluso no se sostiene técnicamente. Es una falacia, que intenta convencernos de que pagar por unidad aumentará la “producción comunitaria”; por el contrario, desalentará a muchas personas con las enfermedades y poblaciones clave a sumarse a los proyectos dadas las pobres condiciones laborales, como también, podría promover el reporte de contactos o beneficiarios duplicados o inexistentes. Además, debilitaría los sistemas comunitarios y sus organizaciones, pues la presión de producir los alejará más del trabajo de incidencia política que necesitamos para mejorar el ambiente y derribar barreras estructurales, como también, la veeduría social.

Los trabajadores, en todos los niveles del asocio amplio del Fondo Mundial, dentro y fuera de los países, que gozan de una remuneración acorde con las capacidades y méritos, que incluyen también una serie de beneficios, cobran sus salarios mensualmente y esto les permite vivir y, en muchos casos, ser sostén de sus familias. De igual modo, las comunidades necesitan trabajar para costear su vida y la de sus familias, solo que quizás deban trasnochar en ámbitos de peligro, hasta sumar el número de unidades que les permitan sostener un ingreso mínimo.

Un escenario que viola leyes y vulnera derechos

Los trabajadores comunitarios siempre, incluso antes de la creación del Fondo Mundial, hemos estado en situación de precariedad, a veces consentido, pues la gran mayoría de los donantes, de cualquier tipo o naturaleza, no contempla gastos laborales. Y hoy, después de décadas, millones de trabajadores comunitarios en el mundo enfrenta un futuro sin beneficios sociales ni previsionales.

El financiamiento basado en los resultados aplicado a los trabajadores comunitarios de la salud es ilegal en la mayoría de nuestros países, y esta será quizás la principal limitante de su puesta en marcha. Aun cuando podemos convenir que el Fondo Mundial no debiera promover comportamientos y prácticas reñidas con la ética y que omitirían los acuerdos internacionales sobre los derechos de los trabajadores. Curiosamente este nuevo modelo se está implementado en forma de piloto en países con fuertes carencias sobre marcos legales laborales y control estatal sobre las condiciones de trabajo.

La seguridad e integridad física de los trabajadores comunitarios

El día siguiente a la presentación de este modelo en Lima, en el ámbito de otra actividad, surgió una conversación rica y espontánea sobre los riesgos y la protección física de los trabajadores comunitarios. Durante casi una hora, los colegas allí presentes contaron historias de exposición a la violencia, incluyendo la violencia sexual, el robo de bienes personales y los riesgos sobre la integridad física por trabajar en zonas candentes, en la búsqueda de nuevos contactos de poblaciones clave. Quedó en evidencia que los Receptores Principales y los Mecanismo Coordinadores de País no han desarrollado protocolos para prevenir y mitigar los episodios de violencia e inseguridad de los trabajadores comunitarios. Muchos reconocieron exponerse aún más y hasta altas horas de la noche a fin de cubrir las metas acordadas con el Receptor Principal. Imaginemos como se agudizará este fenómeno cuando cada contacto represente un monto de dinero y sea esta la única forma de cobrar.

Empieza la temporada del desarrollo de nuevas propuestas para el Fondo Mundial, es por eso urgente un debate amplio en nuestro sector, dentro del asocio del FM, en cada país y en cada Mecanismo Coordinador. Las cartas de asignación de recursos de los países saldrán para las navidades, es necesaria una clara comunicación de la secretaria del Fondo Mundial para prevenir la inclusión de prácticas que puedan resultar en explotación laboral en los proyectos del NFM4. Siempre hay espacio para reflexionar y corregir el curso de nuestras acciones, evitando vulnerar los derechos de las comunidades.

País: Latinoamérica