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Diálogo con ONUSIDA para construir la respuesta al VIH que necesitamos

El 23 de marzo se llevó a cabo una reunión donde la sociedad civil de Latinoamérica y el Caribe expuso a Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, los desafíos para fortalecer la respuesta al VIH en la Región, con la idea de buscar caminos de apoyo mutuo.

Por varios días se estuvo preparando la sociedad civil con trabajo en VIH para el encuentro con la directora ejecutiva de ONUSIDA. En una muestra de auto organización democrática, se iniciaron las inscripciones para que cualquier asociación de América Latina pudiera postularse y visibilizar temas relevantes. De este primer paso, se nominaron 20 organizaciones de las que fueron seleccionadas 8 mediante la participación de 145 líderes latinoamericanos.

Luisa Cabal, directora de ONUSIDA Latina, abrió la reunión con la sociedad civil de la región.

Durante el evento, las palabras de Byanyima y Luisa Cabal, directora ONUSIDA Latina, abrieron la reunión, con una cálida bienvenida y una evidente disposición a la escucha. Las primeras intervenciones tuvieron como protagonistas a América Latina y el segundo bloque fue escenario para la sociedad civil del Caribe.

Verónica Russo, referente de la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas que Usan Drogas (LANPUD), abrió la participación de la sociedad civil visibilizando la agudización de las fallas en el  acceso a los  servicios de prevención y tratamiento de las personas con VIH en general, y las usuarias de drogas en particular, durante la crisis del COVID-19.

Además, Russo recordó que “por más de 60 años las personas que usamos drogas fuimos y somos criminalizadas, estigmatizadas y discriminadas por nuestros propios gobiernos y la sociedad en general (…) es indispensable que ONUSIDA y demás agencias se comprometan a acompañarnos a incidir en cambiar estas leyes y políticas punitivas (…) que criminalizan el uso de drogas,  la diversidad sexual, o el trabajo sexual, para poder contar con políticas públicas inclusivas y adaptadas a nuestras necesidades”.

Partiendo de esto, Arely Cano, referente de ICW Latina, abogó por la participación política de Mujeres con VIH. Solicitando de manera explícita, el acompañamiento, sobre todo de las más jóvenes, en la formulación, seguimiento e implementación de las políticas y planes de atención a la violencia de género.

Por su parte Amira Herdoiza, directora ejecutiva de Corporación Kimirina, habló de una temática transversal que refiere al modelo comunitario en la respuesta al VIH/Sida/ITS, que tiene como protagonista a agentes comunitarios en salud, pares educadores y promotores comunitarios. Este eslabón es central, pues está en la primera línea de respuesta, “ Sin embargo, vemos con preocupación una tendencia a la invisibilización de la necesidad de continuar financiando sostenidamente programas y estrategias de respuesta a nivel comunitario, desvalorizando años de experiencia y efectos de impacto sociosanitario y de costo – efectividad demostrados”.

Voceros de América Latina expresaron su preocupación por el debilitamiento de la presencia de ONUSIDA en la región.

Adicionalmente, Edwin Hidalgo, referente de Fundación Matices,  agregó  de manera pertinente que “durante 40 años de epidemia, la participación de las poblaciones clave y personas con VIH ha sido fundamental en el desarrollo de las estrategias mundiales para detener el avance del virus y controlar su impacto en las comunidades más afectadas”. En este sentido, la sociedad civil aboga por el fortalecimiento de la contratación social por parte de los gobiernos y requiere del apoyo de aliados estratégicos, como ONUSIDA, para que las gestiones gubernamentales tomen la decisión política de visibilizar y favorecer el trabajo que las organizaciones sociales desarrollan.

Un factor que juega en contra de las propuestas anteriores tiene que ver con las falencias en las políticas, planes y proyectos para responder al VIH en la Región. Al respecto, Leandro Cahn, director ejecutivo de Fundación Huésped, mencionó como ejemplo de esto que “en muchos países de la región todavía se permite el testeo compulsivo de VIH en el lugar de trabajo, lo que favorece la exclusión, incluyendo al propio Gobierno, que discrimina al testear de forma compulsiva a las fuerzas armadas y de seguridad”.

Así mismo, en la línea de las políticas de estado, Lucy Esquivel, referente de la Red de Trabajadoras Sexuales LAC (RedTransex), recordó que producto de las medidas implementadas para responder la pandemia  y la ceguera institucional, muchas mujeres trabajadoras sexuales tuvieron que “elegir si se protegían del COVID 19 y no poder pagar su renta o alimentos o ir a trabajar y ser reprimidas por las fuerzas de seguridad (…); creemos que en la Región, y no solamente con nosotras, sino con las compañeras de pueblos originarios y migrantes, padecemos un desamparo que no está alineado con la agenda 2030 de desarrollo sostenible, que exige que nadie quede atrás”. En este sentido, Esquivel mencionó la necesidad de mayor apoyo para obtener fondos que les permitan seguir en pie, defendiendo los derechos humanos de las mujeres.

Igualmente, Francisco Javier López Lozada, referente de Karuna, Salud y Desarrollo, pidió apoyo para contener el desmantelamiento de los programas de salud mexicanos que se encuentran sin recursos desde 2019, afectando la contratación social de las organizaciones de la sociedad civil, las personas con VIH y sus comunidades.

En esta línea, Cahn, manifestó un aspecto que salto como alarma en varios discursos de voceros de América Latina y el Caribe “a pesar de la profundidad de las desigualdades que se observan en América Latina, y la falta de incorporación de las políticas sugeridas por ONUSIDA en los planes nacionales de sida para alcanzar las metas aprobadas de la estrategia global, la presencia en la región de ONUSIDA parece precaria y desde las organizaciones percibimos con profunda preocupación las voces que mencionan posibles recortes, cambios o cierres”.

Para finalizar, Fausto Vargas Sandoval, miembro de la Coalición ecuatoriana de personas que viven con VIH/Sida (CEPVVS), mencionó la necesidad de seguir trabajando para lograr la vacuna y la cura al VIH, en línea con la declaración política.

Winnie Byanyima escuchó atentamente a representantes de América Latina y El Caribe.

Al cierre de las intervenciones Byanyima agregó, como un gesto de cercanía y empatía, que acaba de manifestarse una Región muy desigual, agregando que, si bien se han cerrado brechas en los últimos 15 años, “de las 50 ciudades más peligrosas del mundo, en América Latina se encuentran 41”, lo que representa un riesgo para toda la población, pero especialmente para poblaciones históricamente señaladas y violentadas como las personas trans, trabajadoras sexuales, usuarias de drogas, entre otros. Así mismo, la líder de ONUSIDA mencionó otro factor que atraviesa a nuestras sociedades y gobiernos que es el conservadurismo, que representa una amenaza general, pero sobre todo impacta a las mujeres.

En este primer bloque, América Latina, en la voz de diversas poblaciones claves, expresó su clamor por acompañamiento para que sus gobiernos den respuestas más humanas y responsables frente al VIH, recociendo el trabajo de ONUSIDA, pero manifestando cierto temor por la posibilidad de recortes en sus intervenciones.

En el segundo bloque, hablaron Lucien Govaard, referente de la Asociación Pancaribeña contra el VIH y el SIDA (PANCAP); Diana Weekes, activista de la comunidad Internacional de mujeres viviendo con VIH (ICW); Leonardo Sánchez referente de Amigos Siempre Amigos (ASA); Soevrette Policar, de la Organización para el Desarrollo y la Lucha contra la Pobreza (Odelpa); Joel de Mendonca; referente de información Estratégica Avanzando Socios y Comunidades (APC) y Renae Green, director asociado y responsable de política y promoción de Transwave, Jamaica.

En sus discursos se dejó ver que el Caribe fue otro escenario geográfico para temas y desafíos similares a los de Latinoamérica. Sus referentes mencionaron la necesidad de captar más fondos para la respuesta al VIH y así seguir manteniendo las intervenciones comunitarias.

Igualmente, alertaron sobre el impacto del estigma y la discriminación que amenaza la vida de las poblaciones claves. Con respecto a las políticas dentro de sus países, diferentes dirigentes refirieron retrocesos a los que hay que poner atención; específicamente, Sánchez mencionó “El neocolonialismo, representado por modelos enlatados que no toman en cuenta las acciones y la colaboración de la sociedad civil e incluso niegan las necesidades locales de los grupos vulnerables”.

En este sentido, los líderes pidieron mayor apoyo a ONUSIDA para fortalecer sus sistemas de vigilancia y la capacidad técnica de sus organizaciones. Reconocen la necesidad de más y mejores alianzas y de focalizar recursos en redes regionales, en la formación y sensibilización.

En esta reunión, activistas de diferentes latitudes pusieron sobre la mesa preocupaciones y experiencias tan similares, que dejaron ver la falta de prioridad que representa la respuesta al VIH en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, al tiempo que reflejó el enorme trabajo que realiza la sociedad civil y el necesario liderazgo de ONUSIDA para seguir creciendo juntos.

País: Internacional

Acerca del autor

Constanza Armas

Psicóloga | Argentina
Organización:

Soy venezolana, migrante, feminista. Creo que la participación en los temas públicos de la sociedad civil organizada son la clave para una democracia verdadera. Creo en la libertad, por eso soy activista por los derechos humanos. Creo que todxs merecemos ser nombradxs, por eso intento tener mirada de género. Soy una indignada por los crímenes de lesa humanidad que ocurren desde hace años en Venezuela. Desde estos lugares escribo.

1 Comentario

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  • Muy interesante conversatorio que pone de relieve los muy importantes retos que se afrontan en la región para dar respuesta a las ITS VIH/sida. Sin duda, me aúno a la voz de los líderes de la sociedad civil en sus planteamientos. He de decir que por insalvables motivos de carácter familiar, no tuve la ocasión de participar directamente en el evento y sin embargo, en el artículo de corresponsales clave me llama la atención que no se mencione como desafío nada acerca de la situación de acceso a servicios de prevención y tratamiento en la hermana República de Venezuela y para los millones de migrantes y refugiados que por diversas razones han tenido que abandonar el país. Quiero pensar que se trata de una omisión dentro del resumen que es necesario hacer en la escritura y no un tema invisibilizado durante el evento.