El Foro está organizado por las organizaciones de la sociedad civil global en alianza con la International AIDS Society (IAS), y es un espacio para las comunidades donde se puedan centrar las discusiones en las necesidades del contexto del VIH en las poblaciones más vulnerables, como son la crisis de Venezuela y las personas desplazadas hacia los países vecinos, así como tensa situación en México en cuanto a la sostenibilidad de la respuesta al VIH.
Miguel Barriga, de la Red Somos, indicó sobre Colombia que “el principal desafío frente a los migrantes venezolanos viviendo con VIH es que (su situación) se vuelva un asunto en la agenda pública, agenda social y política. Hemos trabajado por agenciar una estrategia que permita, desde el primer momento, ofrecer acciones de tipo humanitarias, de emergencia, pero también acciones políticas, acompañamiento jurídico y activación de rutas de protección social, integración socioeconómica. El principal reto es asumir esto de una manera integral”.
En este marco emergente, nuevo, es importante generar información y datos que permitan reconocer el problema del VIH en la población venezolana migrante en Colombia, información que permita contar con evidencia de la situación humanitaria y en salud de las personas con VIH/sida, esto permitirá un diálogo y una posibilidad de exigibilidad de derechos ante el sistema de salud y gobierno colombiano.
“Un elemento fundamental es el trabajo en red; es importante visibilizarlo, y (difundir) los servicios en salud que se ofrecen desde las organizaciones, ya que las mismas son el primer contacto de los migrantes venezolanos que están llegando a Colombia”, indicó Miguel.
La sesión también permitió acercar y conocer la realidad de la situación de las personas migrantes venezolanas pudiendo identificar las oportunidades y las necesidades ante los desafíos a la respuesta del VIH, como el fortalecimiento del servicio comunitario en salud, prevención y atención del VIH para migrantes como oferta continua y la relación con los servicios de salud para hacer posible las referencias y contra – referencias.

La sociedad civil juega un rol fundamental ante estos desafíos que presenta la epidemia en un contexto de migración o pobreza; pero no parece haber sido entendido así por el nuevo gobierno de México, que ha cesado el financiamiento público a las organizaciones civiles, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la respuesta al VIH.
“Los primeros recursos en materia de VIH/sida en México fueron en el 2006 y surgen porque en la sociedad civil organizada, trabajando en redes, aprendimos y dijimos: ´tenemos que hacer algo juntos´. Nos juntamos en una mesa de negociación con una cámara de legisladores de ese momento, se logró el primer recurso y es ahí donde surgen los primeros fondos para la sociedad civil, que son de nuestros impuestos; el Estado no nos regala nada. Algunas personas dicen: ´hay que buenos son que hasta financiamiento nos dan´ y algunos de mis compañeros dicen ´hasta medicamentos nos dan´, no tienen noción que es un derecho”, dijo con mucho aplomo Georgina Gutiérrez del movimiento mexicano de ciudadanía positiva.
Gutiérrez enfatizó que seguirán exigiendo que se cumpla la ley que protege el financiamiento de más de cien organizaciones de sociedad civil que desde hace muchos años cubren las brechas en atención, prevención, tratamiento y vigilan de cerca el cumplimiento de los compromisos del Estado. «Me canso, ganso», dijo en alusión a las frases usadas por el presidente mexicano.
Las organizaciones de sociedad civil a lo largo de América Latina continúa trabajando por el derecho a la salud de las personas menos favorecidas y continuarán exigiendo una respuesta oportuna y adecuada de sus Estados, que son los responsables de garantizar los derechos de todas las personas que se encuentren en sus territorios, sin importar su origen, nacionalidad o estado serológico.
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